Europa Press.- Las autoridades italianas han concluido este domingo el grueso del desalojo del centro de recepción de migrantes de Lampedusa ante las escandalosas condiciones de insalubridad en las que han vivido los llegados a la costa del país durante años de crisis migratoria en un lugar convertido efectivamente en un campo de refugiados dentro de la isla italiana.
Los traslados han comenzado esta mañana, con el transporte de 600 migrantes a Porto Empedocle en el primero de dos viajes que han acabado con la llegada de 1.200 personas a esta localidad siciliana.
Con estos dos traslados han sido evacuados ya alrededor del 65 por ciento de los 1.800 migrantes que malvivían en un campamento diseñado para albergar únicamente a 350 personas.
Toda esta operación se ha acelerado tras las imágenes publicadas por la exalcaldesa de la ciudad, Giusi Nicolini, en su cuenta de Facebook sobre las espantosas condiciones de vida de los migrantes, entre ellos niños y embarazadas, tendidos al aire libre sobre colchones roídos y entre montañas de basura.
Las autoridades tienen intención, según la prefectura siciliana de Agrigent, de despejar y limpiar el campamento para el próximo martes, antes de la llegada de un nuevo grupo de refugiados.
Para el responsable de la Organización de las Naciones Unidas para las Migraciones (OIM), Flavio Di Giacomo, la situación es fruto de la falta de voluntad de las autoridades a la hora de gestionar un protocolo organizado, una negligencia que ha convertido Lampedusa en un cuello de botella.
«Si hubiera un sistema de patrullaje en el Mediterráneo o si se permitiera que las ONG funcionaran bien, se podrían rescatar los barcos en alta mar y clasificar a las personas en los distintos puertos sicilianos en lugar de convertir Lampedusa en un embudo», ha protestado en declaraciones recogidas por ‘La Repubblica’.
El Ministerio del Interior italiano ha registrado más de 30.000 personas que llegaron al país en barco este año, incluidas las que llegaron a Lampedusa.