EFE. LA VANGUARDIA.- Israel y varias organizaciones judías han rechazado con indignación unas declaraciones del director de un museo húngaro cercano al primer ministro, Viktor Orbán, en las que dice que Europa es una «cámara de gas» para húngaros y polacos, orquestada por el magnate George Soros, a quien compara con el dictador nazi Adolf Hitler.
«De mal gusto e indignantes» son las recientes declaraciones del director del Museo de Literatura Petöfi de Budapest, Szilard Demeter, afirmó hoy el rabino principal de la Congregación Judía Unificada de Hungría (EMIH), Slomó Köves, en un comunicado.
«Rechazamos rotundamente el uso y abuso de la memoria del Holocausto», expresó la embajada de Israel en Budapest en un mensaje publicado anoche en su cuenta oficial de Twitter.
Ambos se referían a un comentario publicado el sábado por el portal digital «origo.hu» -cercano al Gobierno húngaro-, en el que Demeter, un estrecho colaborador del ultranacionalista Orbán, arremetió contra la Unión Europea (UE) en la disputa por el mecanismo ideado para condicionar las ayudas financieras de Bruselas al respeto del Estado de Derecho.
DISPUTA POR EL ESTADO DE DERECHO
Hungría y Polonia rechazan ese mecanismo y bloquean la aprobación de los presupuestos para los próximos años, al prever que se verían afectados, dado que la UE ha abierto contra ambos expedientes por no respetar los valores europeos y socavar la democracia.
Al referirse a estas tensiones, Demeter, dijo que su país y Polonia son ahora «los nuevos judíos»
«Desde la cápsula de las sociedad abierta y multicultural emana el gas venenoso que es mortal para la forma de vida europea y nosotros, las naciones europeas, estamos condenados a pisotear y trepar sobre los demás para probar luchar por el último trago de aire», afirmó Demeter en su artículo
«Los ‘arios liberales’ ahora quieren echar a los húngaros y polacos de la comunidad política de la que son miembros» (…) «Somos los nuevos judíos», escribió.
«No se puede relacionar el peor crimen en la historia de la humanidad, o sus autores, con ningún debate contemporáneo, sin importar lo esencial que sea», resaltó la embajada de Israel en su comunicado.
Para Köves, las comparaciones de Soros con Hitler y su actividad con las cámaras de gas constituyen «una provocación vulgar».
«IMPERDONABLE» 75 AÑOS TRAS AUSCHWITZ
De forma similar reaccionó ya el sábado por la noche en un comunicado, la mayor organización judía de Hungría, la Mazsihisz, que condenó como «imperdonable» que tales afirmaciones sean publicadas 75 años después de Auschwitz por «el director de una institución estatal».
Tras recordar que entre los más de un millón de judíos asesinados en las cámaras de gas del campo de exterminio de Auschwitz (Polonia) había más de 430.000 judíos húngaros, la Mazsihisz advirtió de que «quien relativiza -aunque sea por discusiones políticas actuales- es insensible hacia los dolores de la historia húngara y de los judíos de Hungría».
Demeter respondió hoy a la Mazsihisz admitiendo que «es una responsabilidad conjunta que no se repita nunca lo que ha sucedido con los judíos», pero insistió en que «el acento está en la similitud».
«75 años después de Auschwitz, el ‘mainstream’ liberal sigue una política nazi. Esto es inaceptable», afirma el responsable cultural en su respuesta, donde vuelve a comparar a «húngaros y polacos» con los perseguidos por el nacionalsocialismo al considerar que se les niega su europeísmo y se les trata como ciudadanos secundarios.
Orbán considera a Soros -un multimillonario estadounidense de origen húngaro y judío que sobrevivió el Holocausto- como su enemigo político, ya que rechaza el concepto de sociedad abierta del magnate, a quién acusa de querer destruir la cultura europea con millones de emigrantes.