PATRICIA TUBELLA. EL PAÍS.- El primer ministro irlandés, Enda Kenny, ha emitido disculpas públicas dirigidas a dos familias gitanas a las que se arrebató la custodia de sus respectivos hijos, un niño y una niña rubios y con ojos azules, ante la sospecha de que no eran suyos. El gesto del Gobierno se ha producido horas antes de la difusión de un informe de la Defensora de los Derechos de la Infancia denunciando que la actuación policial en esos casos estuvo motivada por el prejuicio, la ignorancia y el impacto del publicitado secuestro en Grecia de una menor por una familia gitana.
La directora de ese organismo, Emily Logan, reprocha a la policía irlandesa (la Garda) que no acometiera una investigación previa antes de arrebatar sus hijos a sendas familias, el pasado octubre. En el caso de una niña de siete años de Tallaght, al sur de Dublín, sus padres fueron finalmente sometidos a pruebas de ADN antes de devolverla a su hogar. Habían esgrimido antes su certificado de nacimiento, pero eso no convenció a la Garda para demostrar su identidad. En el centro del país, paralelamente, los progenitores de un pequeño de dos años informaron a los agentes que se personaron en su casa de Athlone de que este padecía albinismo ocular cutáneo, un extremo que no fue incluido entonces en el informe policial.
Logan ha detectado un marcado sesgo racial en el comportamiento de la policía que “de forma irracional no cotejó esas alegaciones médicas (sobre el niño) antes de apartarlo” de los suyos. La sospecha de similitudes con el caso conocido poco antes en Grecia, la aparición de una niña de rasgos nórdicos en un campamento gitano bajo la sospecha de que fue víctima de una red de tráfico de menores, condicionó a la Garda. Pesó más en la policía la falta de parecido de aquel pequeño rubio y de ojos claros con el de los rasgos de sus familiares.
En el caso de la niña de 7 años, llamada María, la Defensora acepta en cambio que se presentó más complicado, habida cuenta de que el hospital en que la madre dijo haberla dado a luz no pudo confirmar su registro. La policía consideró que el certificado de nacimiento presentado por quienes clamaban ser sus padres biológicos era falso.
La familia Athlone ya ha presentado una demanda legal por daños y difamación. Después de las disculpas del jefe de Gobierno, de su ministro de Justicia y del mando de la Garda, la prensa irlandesa especula con que probablemente consigan una figura de siete cifras en un acuerdo compensatorio con el Estado.