LA VANGUARDIA.- Human Rights Watch (HRW) denunció hoy la pasividad de las autoridades de Arabia Saudí frente al «discurso de odio» y a la «discriminación» contra las minorías religiosas en el país.
Según un informe publicado hoy por la ONG, numerosos clérigos suníes -rama del islam dominante en el país- están empleando un «discurso de odio» contra otros grupos religiosos y especialmente contra la minoría chií, en el reino ultraconservador, cuyo sistema legal está basado en una interpretación rigorista de la «sharía» (ley islámica).
«Los clérigos del Gobierno, todos ellos suníes, a menudo se refieren a los chiíes como «los que rechazan» y estigmatizan sus creencias y prácticas», dijo HRW en el comunicado.
Según la ONG, un miembro del Consejo de Clérigos, la más alta instancia religiosa del país, manifestó en público que los musulmanes chiíes «no son hermanos» de los suníes, sino que son «hermanos del demonio».
La discriminación alcanza al sistema educativo, donde -según la ONG- se utiliza «un lenguaje velado para estigmatizar las prácticas religiosas chiíes», así como al judicial, que «controlado por el estamento religioso» a menudo somete a los chiíes a un «tratamiento discriminatorio» o los «criminaliza arbitrariamente».
«En 2015, por ejemplo, un tribunal saudí sentenció a un ciudadano chií a dos meses de prisión y 60 latigazos por acoger rezos chiíes grupales en casa de su padre y, en 2014, otro tribunal saudí declaró a un hombre culpable de ‘sentarse con chiíes'», citó el comunicado.
Aunque en menor grado, HRW sostiene que este tipo de discurso igualmente tiene como blanco a otras minorías religiosas como los cristianos, judíos y musulmanes sufíes -una corriente mística del islam suní-.
La ONG insiste en que, a pesar de que el país ha promovido una «narrativa reformista» en los últimos tiempos, sigue permitiendo este «discurso de odio» en sus instituciones, lo que «puede tener fatales consecuencias» cuando grupos terroristas como el Estado Islámico lo utilizan para justificar sus ataques.
«Las autoridades saudíes deben ordenar inmediatamente que de deje de emplear el discurso de odio de los clérigos dependientes del Estado y de las instituciones gubernamentales» concluyó la ONG.
