Una pelea en homenaje a un nazi organizada por nazis y en la que boxea un nazi… todo el mundo se dio cuenta menos el Ayuntamiento
OMAR NABOULSI. PLAY GROUND.- Mirad bien la fotografía. El boxeador con algunos kilos de más, la guardia baja y una esvástica en el pecho se llama Juan José Bermúdez Rodríguez, pero todo el mundo en Málaga le conoce como Juan «El Gordo».
Esa inequívoca inyección de tinta no fue suficiente para que el Ayuntamiento de Málaga, -dirigido por el PP- suspendiera una velada en homenaje a su figura que se iba a celebrar la semana que viene. Tampoco tuvieron en cuenta que El Gordo es miembro del Frente Bokerón, el grupo de ultraderecha del Málaga CF, fuera número 1 en la lista del partido neonazi Alianza Nacional en unas elecciones municipales y estuviera relacionado con la muerte de Pablo, un malagueño de 22 años que sufrió una paliza mortal a manos de los nazis a la puerta de un bar de copas.
En las fiestas de cumpleaños de Juan El Gordo parece que no puede faltar la cruz gamada en la tarta.
Es más, el Ayuntamiento facilitó la celebración del evento en homenaje a Juan El Gordo cediendo a los organizadores un polideportivo municipal. La justificación que nos da Elisa Pérez de Siles, concejala de deportes del Ayuntamiento, es que desconocían los antecedentes de Juan el Gordo y sus violentos amigos.
«El evento lo organizan dos clubes de Málaga amparados por la Federación. Nos pidieron colaborar en un velada de boxeo, no nos planteamos cuáles eran los púgiles ni sabía a quién homenajeaban», asegura. «Solo colaboramos con la cesión de 2 horas y media de un polideportivo de gestión indirecta. No podíamos colaborar económicamente ni con otros conceptos».
El encargado de denunciarlo fue Eduardo Zorrilla, Concejal Portavoz de Málaga para la Gente. Lo hizo cuando un antiguo miembro de la extinta Coordinadora Antifascista de Málaga se lo hizo saber. «Según el PP, no sabían a quién estaban ayudando. Resulta muy llamativo que no conocieran a Juan El Gordo porque es muy conocido en Málaga. Nos parece que el Ayuntamiento ha fallado por no informarse sobre quién había detrás de todo esto. Es inaceptable que les cedieran un pabellón municipal, estuvieron reunidos con los organizadores. Lo mínimo era preguntar por el protagonista», denuncia.
Su queja molestó a sus rivales políticos y en especial a Pérez de Siles, que nos cuenta molesta que no piensa tolerar «lecciones de moral de gente que ha promovido violencia -según ella- por las redes».
Cualquiera que se fije un poco en el cartel se da cuenta de que uno de los organizadores de la velada es el colectivo Málaga 1487, un grupo de ultraderecha que tiene a varios de sus miembros en proceso judicial por el asesinato y encubrimiento de la muerte de Pablo.
De hecho, uno de sus componentes se iba a poner los guantes en el homenaje. Se trata de Gonzalo Pérez, el quinto púgil de la fila, un abogado que boxea en su tiempo libre y que también es cabeza de cartel de Alianza Nacional.
Este grupo podría estar hermanado con Hogar Social Madrid, siendo su aliado en la Costa del Sol,tal y como se apunta desde la plataforma antifascista Ruantifa.
Sin embargo, lo que hacen los boxeadores fuera del ring no parece que importe mucho a los dirigentes del Ayuntamiento. «A mi la vida personal de ellos me interesa poco, solo me han contado que trabajaban con chicos que necesitaban una segunda oportunidad. Me dicen que Juan El Gordo está reinsertado y que trabajaba en la formación deportiva de jóvenes de distintas razas y que nunca le habrían aceptado siendo neonazi«, nos dice Pérez de Siles.
Realmente la velada se ha cancelado por un error de bulto de estos organizadores. En el cartel, aparte de los patrocinadores, aparece el logo del Ayuntamiento de Málaga. Si llegan a suprimir la colaboración en el rótulo, difícilmente se hubieran enterado los demás grupos municipales. «El Ayuntamiento exige que cada vez que presta una colaboración aparezca su logo en los carteles. Si no llega a ser por el logo, se hubiera acabado celebrando la velada», reconoce Zorrilla.
Desde Málaga 1487 se intentó escurrir el bulto distribuyendo otro cartel donde se había borrado con Photoshop la esvástica de El Gordo, pero no coló.
Desde el Ayuntamiento repiten hasta la saciedad que no sabían en qué andaba metida la gente que les pidió un pabellón. «Lo que yo he intentado explicar a los demás grupos municipales y a todo el mundo es que cuando un club me pide colaboración no le solicito su filiación política ni los antecedentes penales de los deportistas que participan», nos aclara Pérez de Siles.
Solo hacía falta fijarse en la esvástica del protagonista de la velada para entender que quizá esta era la oportunidad perfecta para empezar a hacerlo.