El agresor, un alemán de 29 años procedente de Berlín, guardaba en el bolsillo de su pantalón una bandera con la cruz gamada
ROSALÍA SÁNCHEZ. ABC.- El joven estudiante judío de 26 años, tocado con la kippa, se aproximaba a la sinagoga de Hohe Heide de Hamburgo para celebrar con su comunidad la Fiesta de los Tabernáculos de Sucot. A punto de entrar en el templo, se cruzó con un alemán vestido con ropa de camuflaje, perteneciente al Ejército alemán según informan algunos medios locales, y que en solo unos segundos, mientras caminaba hacia su víctima, desplegó una pala plegable y golpeó al joven en la cabeza, dejándolo desplomado en el suelo y arrancando después a correr.
Estos hechos sucedieron a las cuatro de la tarde de ayer. El estudiante, que había perdido el conocimiento, fue trasladado a un centro médico en el que esta mañana se encuentra todavía grave, pero estable, según confirma el Congreso Judío Mundial. El agresor, un alemán de 29 años y procedente de Berlín, fue perseguido y reducido por el personal de seguridad de la sinagoga. En el momento de su detención, llevaba en un bolsillo una pequeña bandera de papel con la cruz gamada.
El suceso se produce precisamente cuando está a punto de cumplirse un año del ataque a la sinagoga de Halle, el 9 de octubre de 2019, que conmocionó a Alemania por devolver el antisemitismo violento a las calles en este país en su forma más desafiante. En aquella ocasión, el radical de extrema derecha fuertemente armado, Stephan Balliet, de 28 años de edad, trató de irrumpir en la sinagoga donde 52 creyentes celebraban la fiesta judía más importante, el Yom Kipur. Balliet, todavía pendiente del desarrollo del juicio, no logró entrar al edificio, gracias a la enorme puerta de entrada, pero disparó a dos transeúntes de 40 y 20 años, causándoles graves heridas.
Felix Klein, Comisionado del Gobierno Federal para el Antisemitismo, ha declarado que «es impactante que haya habido otro ataque contra una comunidad judía en Alemania. En contraste con el ataque en Halle, la policía aparentemente tomó las medidas adecuadas y pudo prevenir lo peor. Espero una explicación completa de los antecedentes y motivos del presunto perpetrador».
El rabino estatal de Hamburgo, Shlomo Bistritzky, ha dicho por su parte que «es increíble que algo así esté sucediendo en Hamburgo un año después de Halle. Esperaremos y veremos qué hay detrás». Y el primer presidente de la Comunidad Judía de Hamburgo, Philipp Stricharz, ha constatado que, «definitivamente es un ataque hostil a los judíos y, lamentablemente, muestra que las medidas de protección actuales aún son insuficientes y aún deben mejorarse. Pero nosotros como congregación no nos dejaremos intimidar, no dejaremos que nos impidan vivir nuestras celebraciones».
Las fuerzas de Seguridad del Estado (LKA7) están por ahora a cargo de la investigación. El motivo del atacante y el trasfondo exacto del ataque deberán ser aclarados tras el interrogatorio que tendrá lugar esta mañana y la policía de Hamburgo espera ofrecer una rueda de prensa a lo largo del día con más detalles. El presidente del Congreso Judío Mundial, Ronald Lauder, ha condenado el ataque, que ha calificado de «acto terrorista antisemita». El ministro alemán de Exteriores, Heiko Maas, lo ha tachado de «antisemitismo repugnante» y ha lamentado que «no se trate de un suceso aislado».
El pasado 15 de septiembre, durante los actos conmemorativos del 70º aniversario del Consejo Central Judío, el principal órgano de esta religión en Alemania, la canciller Merkel celebró el renacimiento del pueblo judío en Alemania y denunció la «desgracia» del antisemitismo y del racismo cada vez más abiertos en el país. «Podemos alegrarnos del floreciente desarrollo del pueblo judío en Alemania», expresó Merkel durante una ceremonia en la sinagoga de Berlín, «pero esa es solo una parte de la realidad actual. La otra parte de la realidad actual es que muchos judíos no se sienten seguros y respetados en nuestro país, y eso me preocupa mucho». «Es una vergüenza», insistió, «y me avergüenza profundamente, cómo se expresan el racismo y el antisemitismo en nuestro país en estos tiempos». «El racismo y el antisemitismo nunca desaparecieron, sino que se han vuelto más visibles y desinhibidos desde hace algún tiempo», agregó, «sabemos lo rápido que las palabras pueden convertirse en hechos», dijo Merkel, al recordar el fallido ataque de Halle.
Según los datos del Ministerio de Interiror, en Alemania se cometieron en 2019 22.300 delitos de extrema derecha, con un aumento del 10% respecto a 2018: «La extrema derecha es hoy la mayor amenaza para la seguridad en Alemania. Y la extrema derecha violenta alemana es, sobre todo, antisemita. Más del 90% de los delitos relacionados con el antisemitismo provienen del extremismo de derecha. Eso es una vergüenza para nuestro país», ha denunciado el ministro Horst Seehofer, que ha advertido explícitamente sobre grupos como los Reichsbürger (Ciudadanos del Reich), que atizan tendencias violentas en los últimos meses con un nuevo enfoque conspirativo, desde el que acusan a los judíos de la pandemia en las redes sociales.