NACIONES UNIDAS.- El Secretario General de la ONU advirtió sobre un aumento del racismo desde la propagación del COVID-19 en todo el mundo. Este sábado es el Día de Conmemoración de las Víctimas de Actos de Violencia basados en la Religión o las Creencias.
La pandemia ha estado acompañada de «un aumento del estigma y del discurso racista que difama a las comunidades, difunde estereotipos viles y asigna culpas», denunció António Guterres este sábado.
En su mensaje oficial para el Día de Conmemoración de las Víctimas de Actos de Violencia basados en la Religión o las Creencias, el Secretario General de la ONU enumeró algunos de los ejemplos inquietantes de discriminación contra estas minorías, como ataques a personas y lugares religiosos, y crímenes de odio dirigidos a poblaciones debido a sus creencias.
Guterres pidió más acciones para contrarrestar esta discriminación y abordar las causas profundas de la intolerancia y la discriminación mediante la promoción de la inclusión y el respeto por la diversidad, así como para que los autores de delitos de esta naturaleza rindan cuentas.
La libertad de religión es un derecho humano
«El derecho a la libertad de religión o de creencias está firmemente arraigado en el derecho internacional de los derechos humanos», dijo el Secretario General, «y es la piedra angular de sociedades inclusivas, prósperas y pacíficas».Los Estados, agregó, tienen la responsabilidad primordial de protegerlo.
Las iniciativas establecidas por Guterres para apoyarlos incluyen su Llamado a la acción por los derechos humanos, una estrategia sobre el discurso de odio y un plan de acción para salvaguardar los lugares religiosos.
El Día Internacional fue creado por una resolución de la ONU adoptada en mayo de 2019, en respuesta al aumento de la intolerancia y la violencia basada en la religión o las creencias contra las personas, que a menudo son de naturaleza criminal. Al lanzar su estrategia sobre el discurso del odio en junio de 2019, Guterres dijo que en todo el mundo se está observando una oleada de xenofobia, racismo e intolerancia, misoginia violenta, antisemitismo y odio antimusulmán, y señaló que, en algunos lugares, las comunidades cristianas también estaban siendo atacadas sistemáticamente.
La Estrategia tiene como objetivo permitir que la ONU responda al “impacto del discurso de odio en las sociedades”, explicó Guterres, reuniendo a personas y grupos que tienen puntos de vista opuestos; trabajar con plataformas de redes sociales y tradicionales; y desarrollo de guías de comunicación.
