Canales de difusión en Telegram de la ultraderecha y de la teoría de la conspiración de QAnon, prohibida en Facebook y Twitter, aprovechan la protesta negacionista para lanzar propaganda, amenazar a la Policía y llamar a la violencia
CARLOS DEL CASTILLO. ELDIARIO.ES.– Grupos radicales, entre ellos varios de ideología neonazi y difusores de la teoría de la conspiración violenta de «QAnon», promueven entre sus seguidores las protestas negacionistas que han generado actos vandálicos y enfrentamientos violentos con la Policía durante las noches del viernes y el sábado en varias ciudades españolas. Con llamamientos a través de las redes como «la Constitución española no podrá protegeros, los cómplices sois carne de soga», «esta es nuestra tierra y hay que defenderla», «fuera menas de nuestros barrios» o «luchar o morir», estos grupos han jaleado los disturbios en Madrid, Logroño, Málaga, Santander y varias ciudades vascas que han dejado ya más de 50 detenidos, 30 agentes heridos, comercios saqueados y numerosos daños en el mobiliario urbano.
Desde la declaración del toque de queda y la aprobación del estado de alarma de seis meses por el Congreso de los Diputados esta semana, el movimiento negacionista ha convocado actos para mostrar su disconformidad con las restricciones a través de las redes sociales. En la gran mayoría de ellos se llamó a hacerlo de forma pacífica y en tono festivo, pidiendo incluso a llevar consigo bebida y pasar la noche en un botellón contra el confinamiento.
Sin embargo, el negacionismo es una amalgama transversal que engloba a conspiranoicos (antivacunas, 5G, illuminati, implicación de Bill Gates en la pandemia, etc.), a defensores de supuestos remedios como el dióxido de cloro y otras curas sin evidencia científica, junto a una tercera corriente que llega a él por sus motivaciones políticas. Dentro de esta última existe una larga cola de grupos de ultraderecha y conspiranoicos radicalizados que están utilizando la pandemia y el negacionismo para difundir su propaganda.
Aunque sin relación entre ellos, estos grupos ultras han aprovechado las protestas negacionistas contra las medidas de control del virus y sus consignas, como «despierta» o la denuncia del «nuevo orden mundial», para relacionarlo con su propio ideario. De esta forma, perfiles neonazis y de extrema derecha han compartido los carteles que llamaban a la movilización para cargar contra una supuesta «guerra cultural en Europa» para imponer el Islam, «un golpe de Estado interno para instaurar una dictadura comunista», «una invasión de inmigrantes» o incluso una maniobra de «poder judío».
Aunque partidos de ultraderecha como Democracia Nacional han aplaudido los disturbios a través de Twitter –e incluso la cuenta oficial de Vox La Rioja, que posteriormente ha borrado los mensajes–, este tipo de acciones no suelen darse en las redes abiertas. Al contrario, son los sistemas encriptados de mensajería instantánea, especialmente Telegram, los que albergan los principales canales de difusión de esta propaganda ultra.
Telegram ha sido de hecho uno de los principales focos de contagio de la conspiración «QAnon» a España. Se trata de un movimiento de apoyo a Donald Trump que defiende la existencia de una organización de pedófilos satánicos que quiere derrocarle y otras teorías sin base alguna. Facebook, Twitter y YouTube han prohibido las cuentas que la difunden por sus habituales llamamientos a la violencia. En España, han utilizado Telegram para calentar las protestas negacionistas de las noches del viernes y el sábado.
Desde los canales que difunden esta conspiración violenta, que suman miles de seguidores, se han lanzado amenazas contra la Policía («Los policías escogéis bando, de acuerdo: sed adultos y ateneros a las consecuencias») y se la acusa de aliarse con «los antifas» para organizar los disturbios. «Los antifas» fueron declarados por Trump como el «grupo terrorista» que estaba detrás de los actos vandálicos de Black Lives Matter, un bulo que fue desmentido por los medios de comunicación estadounidenses.
Fuentes policiales han confirmado a elDiario.es este domingo que los disturbios, «pese a las imágenes» mostradas en televisión, no han sido causados por grupos «numerosos» y los actos vandálicos «no están coordinados entre ellos». Además, recalcan que «la inmensa mayoría de los detenidos son de nacionalidad española».
Según datos policiales, en ninguna ciudad se llegaron a congregar más de 50 manifestantes a excepción de Logroño (unos 150, con seis detenidos), Vitoria, (300 personas, sin arrestos), Madrid (alrededor de un centenar, que fueron dispersados en grupos de 8-10 personas y se produjeron 33 detenciones), Málaga (100 personas, un detenido) e Ibiza (donde también se concentraron un centenar de personas, sin detenidos).