El grupo radical Bad Gones arremetió contra el defensa brasileño Marcelo, que respondió con peinetas a la grada
EFE. EL MUNDO.- El divorcio entre los jugadores del Lyon y parte de su hinchada ultra alcanzó su punto álgido en la noche del martes tras los incidentes que se registraron en el césped del estadio del club lionés nada más finalizar el partido de Liga de Campeones ante el Leipzig. Lo que debería haber sido una gran fiesta, al lograr el Lyon clasificarse ‘in extremis’ y de manera milagrosa para los octavos de final, casi acabó como una batalla campal.
Varios jugadores recriminaron a un aficionado del grupo radical Bad Gones que penetrara en el terreno de juego exhibiendo una banderola en la que ponía ‘Marcelo lárgate‘, en referencia al defensa central brasileño del club francés, y en la que figuraba también un dibujo de una cabeza de asno. Memphis Depay, recién nombrado capitán del equipo, se dirigió corriendo hacia el hincha y le arrebató con furia la tela. Entonces se armó un barullo en el que futbolistas y aficionados se empujaron entre insultos, con los servicios de seguridad del estadio desbordados tratando de poner orden.
El más enfadado de los jugadores fue Marcelo, que dedicó varias ‘peinetas’ a los ultras delante de las cámaras de televisión, que lo mostraron todo en directo. El presidente del club, Jean-Michel Aulas, criticó a su jugador por los gestos, aunque consideró que es una «reacción humana» al ser insultado, y anunció tras el encuentro que tomará medidas contra el hincha provocador.
«Ese aficionado será sancionado. No quiero que personas que insultan a los jugadores vuelvan al estadio. No hay excusa que valga», afirmó Aulas en una entrevista con la televisión del club, al tiempo que defendió a Memphis Depay por actuar contra el hincha de la bandera. El futbolista holandés tampoco ocultó su malestar en la zona de prensa y cargó contra los Bad Gones por su actitud.
«NUNCA HE VISTO ALGO ASÍ»
«¿Habéis visto cómo nos escupieron? ¡A jugadores y a miembros del cuerpo técnico! Nunca he visto algo así. Es una vergüenza», afirmó Depay a las cámaras de RMC Sport. El delantero dijo también que es «muy duro» ver a un jugador de su equipo que es objetivo constante de «insultos a su familia y a sus hijos», y que no entiende por qué hay personas que no van al estadio a animar a «todo el equipo».
Los aficionados del Kop Virage Nord, que agrupa a los seguidores de la grada norte, donde están los Bad Gones, consideran que el equipo no lo da todo y que les falta al respeto. «Los jugadores festejaron la clasificación en el fondo sur. Cuando se iban a retirar al vestuario fue Rudi García (entrenador del equipo) quien les dijo que vinieran a saludarnos y eso elevó la tensión», aseguró a Efe Eric Bonnenberger, miembro del ala moderada del Kop Virage Nord.
«El malestar viene de lejos porque consideramos que nosotros hacemos nuestro trabajo durante el partido, pero los jugadores no están haciendo el suyo«, señaló el hincha, que reconoció que su grupo de seguidores tiene la costumbre de tomarla con un jugador, como ya ocurrió en el pasado con Mapou Yanga-Mbiwa o Bertrand Traoré. «Yo en cambio no apruebo la pancarta contra Marcelo y admito que me gustó la reacción de Depay en su papel de capitán», concluyó el aficionado lionés.
POSIBLES SANCIONES
Este clima de tensión es una de las consecuencias del nefasto arranque de temporada del Lyon, que ha conocido tres entrenadores en los últimos cuatro meses: Bruno Genesio, destituido al final de la pasada temporada; Sylvinho, que solo ocupó el banquillo en las 11 primeras jornadas; y, actualmente, Rudi García.
Tras la derrota en Lisboa ante el Benfica a finales de octubre en Liga de Campeones (1-2) varios miembros de los Bad Gones se encararon en el aeropuerto con Marcelo y a punto estuvieron de llegar a las manos. Desde entonces, el brasileño sufre una campaña de acoso y derribo por parte de ese grupo ultra, un colectivo cercano a la extrema derecha y minoritario pero con mucha influencia en las gradas del OL Stadium.
El club lionés podría pagar muy caro el incidente de este martes, dado que varios aficionados invadieron el campo, además de por el lanzamiento sistemático de objetos y botellas en cada saque de córner del Leipzig. Sobre el Lyon pesa la amenaza de un nuevo cierre del campo al haber sido sancionado recientemente con disputar dos partidos en casa sin público. Uno de ellos se cumplió contra el Shakhtar Donetsk en octubre de 2018 y el otro quedó en suspenso. La UEFA tiene en sus manos ejecutar la pena del segundo encuentro por lo sucedido este martes, lo que supondría que el Lyon jugaría en su estadio los octavos de final con las gradas vacías.