EFE. ELDIARIO.ES.- El comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, advirtió este martes ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas contra la creciente estigmatización de los refugiados y contra la «toxicidad» en el lenguaje político, los medios e incluso en las «conversaciones del día a día» de los ciudadanos.
Grandi, que abordó someramente la situación en Libia, Venezuela, Siria y Birmania, declaró a los quince miembros del órgano más influyente de Naciones Unidas que el mundo está siendo testigo de una «estigmatización sin precedentes» de los refugiados y los migrantes.
Sin embargo, subrayó que con un «deseo político» y un trabajo común se pueden resolver las crisis enfocándose en tres pilares.
La prevención y la solución de los conflictos y las crisis de seguridad; el apoyo a los países que reciben refugiados porque, según subrayó, el 80 % de los países receptores son Estados pobres o de ingresos medios; y la supresión de los obstáculos para alcanzar soluciones, en especial, para favorecer el regreso de los refugiados.
El comisionado de la ONU para los Refugiados quiso terminar su intervención alabando los esfuerzos en favor de los refugiados, apelando a la solidaridad y advirtiendo contra los peligros de un discurso agresivo contra los emigrantes y los refugiados.
«En tres décadas y media nunca había visto tanta toxicidad, tanto veneno en el lenguaje de la política, en los medios de comunicación, en los medios sociales, incluso en las conversaciones y discusiones del día a día sobre este tema. Una toxicidad que a menudo se centra, triste y trágicamente, en refugiados, migrantes y extranjeros. Esto nos debe preocupar a todos», concluyó.
En cuanto al conflicto en Libia, Grandi, que apuntó que más del 70 por ciento de los desplazados en el mundo son personas huidas de conflictos, aseguró que ha observado «muchos acercamientos fragmentados e insuficientes para la paz» en el país africano.
Por esta razón, pidió al Consejo de Seguridad «acciones unidas para acabar con la actual escalada militar» en Trípoli y la protección de los civiles, como ayer ya solicitó el secretario general de la ONU, António Guterres.
Una vez detenido el conflicto, dijo, la tarea se debe centrar en abordar sus raíces, un paso que si bien reconoció complicado, definió como «necesario para evitar que el conflicto se prolongue» y cause, entre otras cosas, más desplazados.
En este sentido, criticó las labores de rescate de las autoridades libias, que calificó de «ineficaces», así como la política de detención de refugiados y migrantes en condiciones «horrorosas e inaceptables».
Sobre la crisis en Venezuela, Grandi destacó la «solidaridad excepcional» de los países latinoamericanos que han acogido a los casi de tres millones y medio de venezolanos huidos del país, entre los que destacó Colombia, Perú, Ecuador y Brasil e instó a prestarles apoyo y centrarse en la situación humanitaria.
«Su hospitalidad no debe darse como algo garantizado», subrayó Grandi.
En cuanto a Siria, destacó la importancia del regreso de los refugiados e insistió en que la gran mayoría de las personas que salieron del país quieren regresar.
Sin embargo, advirtió de que muchas están preocupadas por la situación material a su regreso, como el alojamiento y el trabajo, por eventuales represalias del régimen y por posibles obstáculos administrativos, por lo que calificó de «clave» que la ONU tenga acceso a las áreas de retorno para garantizarlo.
Sobre Birmania, mostró su satisfacción por la autorización de las autoridades de 34 proyectos pero criticó la lentitud con la que se está aplicando el memorándum alcanzado entre las autoridades y el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud) para la repatriación.