El Consejo de Ministros aprueba este miñercoles la disolución de un colectivo propalestino «implicado directamente» en el atentado contra Paty
BEATRIZ JUEZ. DIARIO VASCO.- El presidente francés, Emmanuel Macron, prometió este martes que en los próximos días el Gobierno intensificará sus acciones contra el islamismo radical, después de que el viernes un terrorista decapitara en las afueras de París a Samuel Paty, un profesor de Secundaria que había enseñado a sus alumnos las controvertidas caricaturas de Mahoma. Macron aseguró que se va a pasar de las palabras a los hechos. «Sabemos lo que hay que hacer. Son actos que esperan nuestros conciudadanos. Estos actos se intensificarán» en los próximos días y semanas, prometió el jefe de Estado.
Entre otras medidas, el presidente adelantó que este miércoles se aprobará en el Consejo de Ministros la disolución del colectivo propalestino Cheikh Yassine por estar «directamente implicado» en este atentado islamista, según afirmó Macron. Cheikh Yassine fue fundado por el militante islamista radical Abdelhakim Sefrioui, que figura en el llamado ‘fichero S’ de personas susceptibles de representar un peligro para la seguridad del Estado por su radicalización.about:blankPUBLICIDAD
Sefrioui se encuentra entre los detenidos tras la decapitación del profesor. Este islamista radical acompañó al padre de una alumna a ver a la directora del colegio donde enseñaba Samuel Paty para quejarse porque el profesor había enseñado a su clase las caricaturas de Mahoma en una lección sobre libertad de expresión. Juntos hicieron después un video arremetiendo contra el profesor que divulgaron en las redes sociales y se hizo viral. El asesino de Samuel Paty, un refugiado ruso de origen checheno llamado Abdoulakh Anzorov, estuvo en contacto con el padre de la alumna a través de WhatsApp los días previos al crimen, según la prensa francesa.
El ministro de Interior, Gérald Darmanin, anunció el lunes que el Gobierno quiere disolver varias organizaciones que considera «enemigas de la República», entre ellas el Colectivo contra la Islamofobia en Francia (CCIF) y la ONG musulmana Baraka City. Pero Macron no las mencionó en sus declaraciones de ayer a la prensa.
Brahim C., el padre de alumna origen de la movilización en las redes sociales contra el profesor Paty, hizo en un video en Facebook un llamamiento a contactar el CCIF. Esta organización, creada en el año 2000, se presenta como una asociación en defensa de los derechos humanos cuya misión es combatir la islamofobia. Pero muchos en Francia la consideran «el caballo de Troya» de islamismo, según el semanario ‘Le Nouvel Obs’. Algunos incluso le acusan de estar vinculada con los Hermanos Musulmanes, lo que ellos niegan.
Bajo sospecha
El CCIF asegura que ellos no tienen «nada que ver con la campaña de acoso que llevó al vil atentado de Conflans-Sainte-Honorine». Explican que el padre de la alumna les contactó para que se abriera un expediente por discriminación, basándose en el hecho de que el profesor Paty habría pedido a los alumnos musulmanes salir del aula en el curso de libertad de expresión en el que enseñó las caricaturas de Mahoma.
Esta asociación asegura que ellos le pidieron al padre que retirara inmediatamente el video y dejara de hablar de este asunto hasta que alguien de la organización se pusiera en contacto con él. El profesor fue decapitado antes de que pudieran hacerlo. «Al acusarnos, sin pruebas de ser responsables o incluso vinculados a este acto abominable, el Ministerio del Interior está firmando el fin del Estado de Derecho», denuncia en su web el CCIF. Esta organización sostiene que desde hace años el Gobierno francés desarrolla «una estrategia represiva de persecución, que busca matar políticamente cualquier protesta… en nombre de la ‘libertad de expresión’».
En el punto de vista del ministro de Interior también está la organización de ayuda humanitaria islámica Baraka City, que hace obras caritativas en los barrios populares con una fuerte inmigración y es muy activa en las redes sociales.
Cercana a los salafistas, está fundada por Idriss Sihamedi, también incluido en el ‘fichero S’ por ser susceptible de radicalización. Los responsables de esta ONG aseguran que «no ha cometido ningún acto ilegal que justifique su disolución.
