Madrid, 27 jun (EFE).- La fiscal jefa de la Sección de Delitos de Odio de Madrid, Ana García, ha asegurado hoy que en la persecución de ese tipo de delitos no se penalizan los sentimientos ni las opiniones, sino el daño al honor de las personas y ha añadido que tampoco se castiga el chiste, sino la humillación.
«El odio es algo personal, no se penalizan los sentimientos. Se penalizan aquellas acciones con una motivación de odio al otro por el hecho de ser diferente. Se debe ver en cada caso concreto si están amparado en la libertad de expresión o no», ha dicho
Lo ha indicado durante su intervención en la jornada «¿Libertad de información vs. presunción de inocencia? El Derecho de Defensa frente a los focos», que ha organizado la Comisión de la Defensa de la Defensa y la Asociación Libre de Abogadas y Abogados (ALA).
La fiscal ha participado en la mesa redonda «Libertad de expresión, de información y Código Penal», en la que ha explicado a los asistentes que la tipificación de los delitos de odio en España forma parte de sus compromisos internacionales y que el discurso de odio es «la vertiente negativa de la libertad de expresión».
A su juicio, «no se puede establecer con carácter general» una solución al conflicto entre el discurso de odio y la libertad de expresión, sino que se debe analizar cada caso concreto para poder determinar de qué se trata.
Sin embargo, ha querido dejar claro que «que se hable tanto en la prensa de discursos de odio» no significa que los juristas vayan a entender y juzgar todo como tal.
Para entender que existe discurso de odio, García ha explicado que «no es simplemente dar una opinión», sino que va más allá: es una «ofensa que traspasa el honor de una persona» y para ello se tienen en cuenta aspectos como el contexto en el que se ha dicho, las circunstancias, la cantidad de audiencia, entre otros.
«No se sanciona el chiste. Se está sancionando la humillación. No se penaliza el humor, se penaliza que se esté humillando a las víctimas», ha subrayado la fiscal, cuando una asistente le ha preguntado su opinión sobre encarcelar a tuiteros.
No obstante, la fiscal ha indicado que la sanción penal «no es la solución» y que debe ser «la última ratio» y ha apostado por poner el foco en la educación en valores. «La educación en valores: es por ahí por donde hay que actuar, no tipificar más conductas». EFE