Marine Le Pen defiende la expulsión masiva de inmigrantes y el cierre de fronteras
JUAN PEDRO QUIÑONERO. ABC.- La lucha contra la inmigración legal e ilegal se ha instalado en el corazón de la campaña de las próximas elecciones presidenciales, cuando la ultra Marine Le Pen vuelve a cotizarse al alza, como ganadora de la primera vuelta y los socialistas temen un hundimiento histórico. François Fillon, candidato de la formación conservadora Los Republicanos, ha relanzado su campaña personal insistiendo en la importancia crucial de dos de los puntos centrales de su programa: Francia «debe decidir» cada año cuántos inmigrantes puede o no puede recibir a través de un voto solemne en la Asamblea Nacional; y Francia debe exigir la reforma de los Acuerdos de Schengen, muy malparados tras la gran crisis de los refugiados que estalló en 2015. Fillon podría convocar un referéndum nacional, el otoño próximo, para avalar esa nueva política de seguridad interior, nacional y europea.
Marine Le Pen es mucho más drástica en sus proposiciones: «expulsiones masivas» y «cierre de fronteras» para «romper» con los Acuerdos de Schengen.
Fillon y Le Pen sigue siendo los grandes favoritos de todos los sondeos. Pero el resto de los candidatos de centro, izquierda y extrema izquierda, también proponen medidas de «control estricto» de las fronteras, cuando el goteo de la inmigración legal o ilegal ha vuelto a convertirse en París en un problema urbano de gran calado.
Durante 2016 fueron desmantelados una treintena de campamentos ilegales instalados en el norte de París, a quince minutos de la catedral de Notre-Dame. Tras aquellos cierres, la alcaldía parisina creó un centro de acogida de inmigrantes, que ha quedado rápidamente desbordado. Varias organizaciones humanitarias reclaman medidas de urgencia ante la aparición de nuevos campamentos, que el ministerio del Interior no consigue frenar, a pesar de importantes despliegues de fuerzas antidisturbios.
Todos los estudios sociológicos sugieren que el tema de la inmigración, legal y legal, es unas de las principales preocupaciones populares, que obliga a los candidatos a la jefatura del Estado a tomar posiciones, y que redunda en beneficio del aspirante conservador (Fillon) y de la candidata de extrema derecha (Marine Le Pen).
Le Pen avanza en los sondeos
Según el último sondeo del semanario Paris Match, la candidata del FN cuenta hoy con un 26% de intención de voto en la primera vuelta (23 de abril), para ser derrotada en la segunda (7 de mayo) por el candidato conservador. Sorprende en ese mismo sondeo la posición humillante de todos los eventuales candidatos socialistas. Según la encuesta, el mejor candidato del PS, Manuel Valls, solo conseguiría un catastrófico 10,5% de los votos en la primera vuelta, detrás de Emmanuel Macron (17%), exministro, social reformista, y de Jean-Luc Mélenchon (12%), populista de izquierdas. El resto de los eventuales aspirantes socialistas, Arnaud de Montebourg o Benoît Hamon, tendrían resultados todavía más penosos.
A doce semanas de la primera vuelta presidencial, el PS espera relanzar su campaña, tras las elecciones primarias del 22 y el 29 de este mismo mes de enero. Ningún estudio de opinión parece creer en tal relanzamiento, cuando el candidato social liberal (Macron) y el populista de izquierdas (Mélenchon) caracolean al alza en detrimento de un PS hundido en una de las peores crisis de su historia.