Durante la primera sesión del juicio por el ataque a la librería de Madrid durante la Diada de 2013, los primeros acusados en declarar defienden «la unidad de España» y aseguran que su «protesta» fue pacífica.
D. NARVÁEZ. PÚBLICO.- Durante la primera jornada del juicio por el caso Blanquerna, en el que un grupo ultra asaltó la librería catalana en Madrid durante un acto de la Diada del año 2013, el secretario nacional de la Falange, Sergio R. F., ha recalcado que se enteró del acto «a través de las redes sociales». «Queríamos organizar una protesta en la línea de los escraches que tan de moda están», asegura el encausado.
Después de responder al Fiscal, el secretario nacional de la Falange se ha negado a responder a las preguntas del resto de acusaciones. En respuesta a uno de los abogados defensores, ha afirmado que «el ser español y patriota me obligó a estar» en el acto ante el Centro Cultural.
Dentro de la librería «sólo gritamos No nos engañan, Cataluña es España, ningún lema más».
Durante las cuestiones previas uno de los abogados defensores ha asegurado que la defensa de la formación política Convergencia i Unió, tiene «falta de legitimidad» ya que dicha formación se disolvió en junio de 2015. A esta petición se han adherido toda las defensas.
El abogado representante de CiU ha afirmado que no existe tal falta de legitimidad y ha recordado que también representa la defensa de Sánchez Llibre, exdiputado de CiU agredido durante el asalto a la librería Blanquerna de Madrid.
Las defensas de los acusados también han destacado una «vulnerabilidad de derechos fundamentales», en concreto, el derecho a la tutela judicial efectiva y al derecho de defensa.
El primer acusado en declarar ha sido Pedro C. quien, después de solicitar declarar de pie, ha asegurado que no es afiliado de Alianza Nacional ni Falange pero si ha confirmado su afiliación a Democracia Nacional. El acusado ha asegurado que se enteró del acto de «exaltación al independentismo» a través de las redes sociales y que acudió a ese acto con su novia Paula, otra de las encausadas.
Del mismo modo, ha asegurado no querer entrar en la librería Blanquerna pero que la «masa nos arrastró hasta ahí dentro». «Desconozco quien rompió la prueba de entrada», ha añadido. «No portaba ninguna bandera, acudí a título personal, no sabía que para entrar en la librería se necesitaba invitación», ha reconocido el acusado antes de decir que «estaba donde me gusta estar, donde hay banderas de España».
El acusado ha destacado que quería «defender la unidad de España» y ha reconocido que gritó junto a más personas «no nos engañan, Cataluña es España».
Simpatizantes de los quince ultras que asaltaron el centro cultural Blanquerna de Madrid durante la Diada de 2013, a las puertas de de la sección 30 de la Audiencia Provincial de Madrid donde se inicia el juicio contra ellos, para quienes la Fiscalía pide
Simpatizantes de los quince ultras que asaltaron el centro cultural Blanquerna de Madrid durante la Diada de 2013, a las puertas de de la sección 30 de la Audiencia Provincial de Madrid donde se inicia el juicio contra ellos, para quienes la Fiscalía pide entre dos y cuatro años de prisión. EFE/MARISCAL
Pedro C., acusado de agredir a un cámara de TV3, niega los hechos y afirma que al salir de la librería «en un acto reflejo apartó la cámara».
Cuestionado por el Fiscal, el primer encausado en declarar ha asegurado que «me hicieron entender» que allí se iba a celebrar un acto contra la unidad de España. También ha negado la existencia del gas pimienta: «No lo noté en ningún momento».
Por otra parte, tras responder al Fiscal, ante la acusación particular Pedro C. ha negado que declarara en comisaría insultando a la policía y acusándoles de servir al independentismo.
Pedro C: «Me mueve el amor a España, y estaba alterado, pero no entré con idea de delinquir»
Pedro C. ha confirmado que retiró el micrófono a la persona que iba a iniciar «una soflama independentista» pero que en ningún momento le increpó o se dirigió a el. El acusado ha asegurado que intentó evitar que «se caldeara el ambiente» y que quiso abandonar lat librería «una vez hecho nuestra propuesta pacífica». «Me mueve el amor a España, y estaba alterado, pero no entré con idea de delinquir», destaca.
Al ser preguntado por el papel de Paula M., su novia y también acusada, Pedro C. ha recalcado que ella se limitó a ir «detrás de mi» y que «no hizo nada». «Ni Paula ni yo llevábamos ningún distintivo de la formación a la que estoy afiliado» -Democracia Nacional.
«Dónde va Pedro, voy yo»
Paula M., pareja del primer acusado en declarar, también ha confirmado que está afiliada al movimiento Democracia Nacional, y que coreó el lema «no nos engañan, Cataluña es España».
Del mismo modo, en respuesta a otra de las acusaciones particulares, ha confirmado que se puso en contacto con dos de los acusados: «Fue algo espontáneo, nos lo íbamos comunicando». También ha afirmado que desconocía si el Centro Cultural Blanquerna pertenecía a la «Generalidad» de Catalunya.
Paula también ha confesado que entró a la librería porque «donde va Pedro, voy yo, es el hombre de mi vida» pero ha negado que «hiciera daño a nadie».
«Si por sólo estar en el local y no hacer nada ofendí a alguien, pido perdón», ha afirmado Paula antes de decir que «condeno toda la violencia, salvo la legítima defensa».
«Como la Legión»
El cuarto encausado en declarar ha sido Joaquín L., quien ha confirmado que se encaró con Josep María Bosch, delegado de la Generalitat en Madrid. Este «simpatizante de la Falange» ha declarado que «entramos en el local todos juntos, como la legión».
A la hora de abandonar el local, Joaquín ha asegurado que «salí porque Pedro me cogió para irnos de allí». En referencia al gas pimienta que se extendió por la sala, ha dicho que «en dependencias policiales nos dijeron que pudo ser cosa de los escoltas» que estaban en la sala.
«No hay ser muy listo para saber que los independentistas hacen un uso partidista de la Diada en los últimos años», ha recalcado Joaquín L., en respuesta a una de las acusaciones. Para terminar su declaración, ha reconocido que «como antiguo letrado que soy, sabía lo que me jugaba».