Usaban el triángulo rojo invertido con que se marcó en campos de concentración a comunistas y otros opositores políticos. Señalaban a la «izquierda radical» y «antifa», aunque la mayor violencia en las protestas raciales proviene de la extrema derecha
IDOYA NOAIN. EL PERIÓDICO.- Incluso para Facebook, que sigue negándose en banda a moderar contenido político en su red o en subsidiarias como Instagram, el presidente de Estados Unidos Donald Trump y la campaña para su reelección y la del vicepresidente Mike Pence han ido demasiado lejos. Este jueves la red social ha desactivado 88 anuncios electorales que marcaban a “turbas de izquierda radical” con un triángulo rojo invertido, el mismo símbolo con que los nazis designaron a presos políticos en campos de concentración.
Facebook ha argumentado que ha retirado los anuncios porque violan sus directrices contra grupos organizados de odio, unas normas a las que el año pasado sumó el veto a cualquier contenido explícito de “alabanza, apoyo y representación de nacionalismo y separatismo blanco”. “Nuestra politica prohibe usar un símbolo de un grupo prohibido de odio para identificar prisioneros políticos sin el contexto que condena o explica ese símbolo”.
Los anuncios, pagados por Trump y Pence y por la campaña “Equipo Trump”, empezaron a aparecer el miércoles. En ellos, con el polémico símbolo con que los nazis marcaron a comunistas, socialdemócratas, progresistas y otros opositores, se aseguraba que “peligrosas TURBAS de grupos de extrema izquierda están recorriendo nuestras calles y provocando caos absoluto. Están DESTRUYENDO nuestras ciudades y revolviéndose. Es una locura absoluta”, continuaba el texto.
Al menos millón y medio de «impresiones»
En los anuncios, que tuvieron casi un millón de ‘impresiones’ (visionados) en la página de Trump y medio millón en la de Pence antes de ser retirados, se instaba también a firmar una petición contra “antifa”. Ese es el movimiento antifascista al que Trump y los republicanos han señalado repetidamente como elemento central en la violencia desatada en las protestas por la justicia racial de las últimas semanas desatadas tras el asesinato policial de George Floyd, con Trump llegando a sugerir que los designaría como «organización terrorista». La información sobre arrestos y cargos presentados hasta ahora, no obstante, ha probado que los mayores y más graves episodios de violencia, incluyendo el asesinato de un agente federal, los han causado integrantes o simpatizantes de grupos de extrema derecha.
Un portavoz de la campaña de Trump ha tratado de justificar en un comunicado que el triángulo rojo invertido es “un símbolo de antifa”, aunque el habitual es un círculo con una bandera roja y otra negra. En declaraciones al rotativo, no obstante, varios expertos han denunciado su “problemático uso”.
Desde Berlín el historiador Jacob Eder ha explicado que, mientras otros símbolos nazis como el triángulo rosa con que se marcó a los homosexuales se han “reclamado” y recuperado para la lucha por los derechos LGBTI, lo mismo no ha sucedido con el rojo. Y Deborah Lipstadt estudiosa del Holocausto, ha dicho que el uso del símbolo en anuncios tiene ecos de la decisión de la campaña de Trump de celebrar el primer mitin del presidente en tres meses en Tulsa, escenario de una de las peores masacres raciales de la historia, y en Juneteenth, la fecha con que se celebra el fin de la esclavitud (aunque Trump entre el aluvión de críticas acabó posponiéndolo al sábado). “Es insensibilidad y probablemente indicativa de quién se sienta en la mesa cuando se toman estas decisiones”, ha dicho Lipstad.