La Tercera.– Una abstención de 60% marcaron los comicios. El partido de Marie Le Pen no consiguió ganar en ninguna región. Pese a esto, analistas opinan que la derrota no necesariamente afectaría sus aspiraciones presidenciales del próximo año.
La extrema derecha francesa, liderada por el partido Rassemblement National (RN) cuya líder es Marie Le Pen, no pudo ganar una sola región en las elecciones regionales realizadas este domingo, según indicaron los sondeos a boca de urna, lo que privó a su líder Marine Le Pen de la oportunidad de demostrar que su partido está en condiciones de asumir el poder de cara a los comicios presidenciales del 2022.
La región de Provenza-Alpes-Costa Azul (PACA) había sido visto como la mejor oportunidad del partido de Le Pen para asegurar su primera base de poder regional, pero los grupos desde izquierda hasta la derecha se unieron en un “frente republicano” para evitarlo.
Le Pen no fue la única que sacó macros resultados de estas elecciones, pues se trató además de una humillante noche electoral para el presidente Emmanuel Macron: su partido no logró ganar una sola región. Sin embargo, una fuente del Gobierno dijo que si bien no se preveía una reorganización, era posible realizar algunos ajustes. Más allá de esto, uno de los aspectos más debatidos fue la baja convocatoria en las urnas, con una abstención de 60%.
Las encuestas a boca de urna mostraron que en las 13 regiones de Francia los votantes eligieron las listas de centro derecha o centro izquierda en el poder, después de que el partido gobernante de Macron -que no existía en el momento de la última votación regional en 2015- no consiguió imponerse en una región única por sí mismo.
”Esta noche no ganaremos en ninguna región porque los gobernantes entraron en alianzas antinaturales e hicieron todo lo posible para mantenernos fuera y evitar que demostremos a los franceses nuestra capacidad para liderar una administración regional”, dijo Le Pen a sus partidarios.
Los resultados plantean dudas sobre el éxito de la estrategia de Le Pen de suavizar la imagen de su partido euroescéptico y antiinmigración, con la intención de captar el voto de la derecha tradicional. Pese a esto, según analistas consultados por Reuters, el aparente fracaso de Le Pen y su partido para ganar en dos de sus bastiones no debería extrapolarse a las elecciones presidenciales del próximo año.
