Defensa echa al soldado condenado por abusos sexuales en los sanfermines sin esperar a la sentencia del Supremo
EVA SÁIZ / MIGUEL GONZÁLEZ. EL PAÍS.- El soldado Alfonso Jesús Cabezuelo, uno de los cinco miembros de La Manada condenado por la Audiencia Provincial de Navarra a nueve años de cárcel por abusos sexuales continuados a una joven en los sanfermines de 2016, ha sido expulsado del Ejército. El Ministerio de Defensa no ha esperado a que haya una sentencia firme del Supremo para rescindir el contrato de Cabezuelo, de 30 años de edad, que tenía garantizada su permanencia en filas hasta cumplir los 45.
El Ejército ha aplicado el artículo 10.2 de la Ley de Tropa y Marinería de 2006, que prevé la rescisión del compromiso de los militares temporales en caso de «condena por delito doloso y teniendo en consideración el tipo de delito y la pena impuesta», tras la «tramitación de un expediente administrativo con audiencia del interesado». Fuentes militares han explicado que la ley no especifica que la condena tenga que ser firme para abrir el expediente administrativo de expulsión del Ejército. No obstante, en el caso de que fuera finalmente absuelto el Supremo, podría pedir el reingreso.
La resolución por la que Cabezuelo pierde su condición de militar ha sido publicada esta mañana en el Boletín Oficial de Defensa. Tras conocerse su ingreso en prisión, el militar de La Manada fue suspendido en funciones. Tras permanecer seis meses en esta situación, el Ministerio de Defensa se vio legalmente obligado a levantar esa suspensión y reincorporarlo al servicio activo, si bien no se le asignó destino. En esta situación, Cabezuelo, aunque no trabajaba, cobraba la retribución básica y el complemento correspondiente a su empleo, pero no percibía los complementos específicos asociados al destino. Cabezuelo no era militar de carrera, sino que había firmado un contrato con las Fuerzas Armadas que lo vinculaba con el cuerpo hasta los 45 años.
Antes de ser detenido y condenado por el abuso sexual de una joven durante los sanfermines de 2016, Cabezuelo prestaba servicio en el II Batallón de la Unión Militar de Emergencias en Morón (Sevilla). Además de la causa de Pamplona, el militar está imputado por otro delito de abuso sexual por un caso similar en Pozoblanco junto con otros tres miembros de La Manada. Sobre él pesa, además, otra acusación por maltrato, por abofetear a la víctima cuando ella se negó a practicarle una felación.