Desarticulada una célula yihadista en Alemania que tenía objetivos para atentar
J.M. ZULUOAGA. LA RAZÓN.- El coronavirus no libra a Europa del terrorismo yihadista. Desde algunos sectores mediáticos se habían interpretado publicaciones del Isis (Estado Islámico, Daesh) que desaconsejarían a los militantes de la banda acercarse por occidente para evitar el contagio. Todo lo contrario: hay que aprovechar las debilidades del enemigo para golpearle lo más fuerte posible. Mientras, continuar con sus actividades criminales en las zonas en las actúan habitualmente, en las que han vuelto a asesinar prisioneros mediante la colocación de explosivos en sus cuerpos. Todo ello coincide con el aniversario de la pérdida de Bagouz, el último enclave de Daesh en Siria.
Hoy mismo, la policía alemana detuvo a los integrantes de una célula del Estado Islámico (EI) que contaba con planes para atentar en el país. Los cuatro sospechosos, nacionales de Tayikistán, fueron arrestados en una operación coordinada en diferentes localidades del estado federado de Renania del Norte-Westfalia: Essen, Neuss, Siegen y Heinsberg. El líder de la célula, el también tayiko Ravsan B., de 30 años, se encuentra en prisión preventiva desde el año pasado tras incautársele varias armas.
La Fiscalía informa de que los cinco se vincularon al EI en enero de 2019, tras haber mantenido contacto, entre otros, con un dirigente de la organización terrorista en Siria y con otro que operaba en Afganistán. Entre los posibles objetivos de esta célula yihadista se encuentran instalaciones estadounidenses en Alemania y personalidades críticas con el islam. Asimismo, los detenidos habían adquirido a través de internet componentes que podrían servir para la fabricación de artefactos explosivos.
Estos son los hechos contundentes, que corroboran lo publicado por Isis en sus medios oficiales en los que anunciaban la peor pesadilla de los cruzados (cristianos). El Estado Islámico considera que es el momento de lograr avances territoriales en cualquier parte del mundo. Hay que explotar las debilidades actuales de sus adversarios y no mostrar piedad., como tampoco mostraron piedad con ellos cuando tomaron el citado enclave de Bagouz. “Hay que explotar las divisiones y debilidades entre nuestros enemigos como consecuencia de la pandemia”.