SOM fue uno de los partidos referentes de este movimiento, pero sus resultados electorales fueron pésimos
DAVID LÓPEZ FRÍAS. EL ESPAÑOL.– ¿Es el independentismo catalán de izquierdas? Esa es la imagen que el Procés ha proyectado hacia el exterior. La izquierda catalana es el arquitecto que ha diseñado los planos de la ‘Revolución de las sonrisas’; la de los lazos amarillos, la que le da las buenas noches a los presos en la puerta de la cárcel, la de las performance con personas plantadas en macetas protestando contra España y un catálogo infinito de charlotadas.
Pero en Cataluña, quien más, quien menos, se ha cansado. Del Procés, de los ‘procesistas’ y de los sainetes públicos diseñados por estas corrientes posmodernas que se han adueñado definitivamente de la izquierda. Entre los hastiados, muchos independentistas que no se sienten representados por este modus operandi. Tampoco se sienten de izquierdas. Porque Cataluña ha sido tradicionalmente, desde que estamos en democracia, una región gobernada por la derecha. Y muchos ya se han hartado.
De hecho, la derecha más pura y más extrema va ganando adeptos por momentos. Catalanes que comparten más puntos del programa de VOX que del de Esquerra Republicana. Liberales en lo económico y conservadores en los social, que piden menos control de la economía y mas control de las fronteras y de la inmigración. Gente que añora a Pujol, que define la situación actual en Cataluña como ‘conflicto étnico’, que jalea a la polémica Nuria de Gispert, que aborrece a Rufián y su séquito y que votaría a un partido del corte del de Abascal si obviasen el factor territorial.
A través de las redes sociales
Entretanto la idea no fructifica en el plano político, dado que no hay partido que haya recogido estos postulados, el movimiento se va vertebrando a través de las redes sociales. Ahí está tomando posiciones Rightwingism (aladerechismo). Una comunidad virtual surgida en Estados Unidos pero con seguidores y sucursales en muchos países, especialmente en Europa. Son independientes entre sí, pero comparten ideario y se apoyan los unos a los otros. Se definen como la verdadera derecha, y parece que el capítulo catalán va creciendo por momentos.
EL ESPAÑOL ha hablado con los cuatro administradores aladerechistas catalanes para que expliquen qué es exactamente esto del Rightwingism. Los responsables son cuatro y entre ellos también tienen discrepancias. Algunos más libertarios y otros que abrazan un autoritarismo a menudo llevado al extremo; pero coinciden en lo esencial. “Rightwingism es una respuesta a la ocupación de las redes sociales de cuentas izquierdistas y comunistas, así como hembristas y antinacionalistas” Denuncian “la mentalidad de ganado que tiene mucha gente, que sigue a movimientos de izquierda que no llevan a ningún lado. Piden más libertades para la mujer en una sociedad que ya es justa, quieren acoger inmigrantes de forma descontrolada sin tener la capacidad de asimilarlos o repudian las banderas pero apoyan a Palestina”.
En clave local, el principal blanco de sus críticas son “los partidos independentistas mayoritarios. Nosotros somos contrarios a cualquier proceso de negociación con el estado y autoflagelación”. También son especialmente beligerantes contra los políticos presos: “Se mean en nuestra cara y el pueblo tragamos como putas. Da pena pensar que cuando vuelvan los políticos que nos han vendido a los tribunales de Madrid serán recibidos como héroes y no como miserables traidores, que es lo que han demostrado ser”. Y es que no perdonan que estos políticos “hayan jugado con el deseo de mucha gente de se run estado independiente para obtener rédito electoral. Y lo peor es que mucha gente todavía se cree que es una jugada maestra. A ver, que Pere Aragonés y Elsa Artadi estaban en nómina durante el 155”.
Defiende uno de sus administradores que la cuestión “independencia sí o no” es puramente étnica: “El 73,6% de los catalanes con los dos padres nacidos en Cataluña son indepes, mientras que el 68,4% de los residentes en Cataluña con padres nacidos en España son unionistas. Por tanto, lo que tenemos en Cataluña no es un conflicto ideológico, sino un conflicto étnico. Los nativos catalanes contra los colonos españoles. En Cataluña tenemos un Ulster”.
Pero, más allá de criticar el despropósito del Procés, apuntan a la izquierda como el gran problema social de la Cataluña actual y, por extensión, de toda Europa. Alguno, incluso, se ha planteado votar al partido de Abascal: “Yo votaría a un a VOX indepe con mucho gusto. De hecho, ya me planteé darle mi voto al VOX original para que echase fuera de Cataluña a los musulmanes, que se integran mucho menos que los españoles. Y para parar, en general, esta cultura victimista en la que vivimos en occidente”.
Las mofas contra Rufián son habituales
No obstante, es la ‘españolidad’ de VOX la que más reticencias suscita. “VOX es Castilla y representa el españolismo más rancio”, sentencia uno. La mayoría no creen que el modelo del partido de Santi Abascal (al que deinen como chupóptero que toda la vida ha vivido de la política) sea totalmente adecuado para crecer como partido independentista en Cataluña: “Aquí tendría más futuro una derecha como el ‘Tea Party’ norteamericano, no como la Falange Española. El populismo de derechas es tan malo como el de izquierdas. Un gobierno de las CUP es tan malo como uno de VOX. Hace falta una extrema derecha moderna y reformista, no una fascista a la española o populista a la italiana de Salvini”.
Entonces, ¿cuál sería el partido existente que más se ajustaría a su credo? Uno que sólo tiene un concejal en Ripoll, un pueblo de 10.000 habitantes ,Se llama Front Nacional y obtuvo una pobre representación en los últimos comicios. Si bien no es el salvavidas al que aferrarse, sí que es el que más puntos coincidentes tiene con su ideología ultraderechista e independentista. “Es el que mse llevaría una valoración más positiva. Hay otro que se llama SOM Catalans, que parecía tener mucha más fuerza pero que ha hecho el ridículo en las municipales y ha demostrado no tener ni ganas, ni inteligencia ni energía. Ya les está bien haberse quedado fuera”. De momento, pues, parece que las apuestas políticas del aladerechismo catalán no están siendo las más acertadas.
Como referentes políticos actuales citan dos: Jordi Graupera y Nuria De Gispert. Del primero destacan su preparación (es profesor en Princeton) y que es el político que “más firme se ha mantenido en la defensa del mandato del pueblo catalán del 1 de octubre”. De la segunda, que es la presidenta más de derechas que ha tenido el Parlament: “Aunque a veces parece que ‘no hi toca’ (se le ha ido la cabeza), está bien que no tenga manías a la hora de poner a la gente en su lugar, Tenemos que aguantar insultos de esa gentuza de Cs, PP, PSOE o ICV- Y cuando uno se rebota, vuelven con lo de lazis, fascistas e identitarios. La Sra De Gispert al menos se las ha ido devolviendo”.
Pero si hay una figura actual que les une a todos, ese es Jordi Pujol: «Es el mejor presidente que hemos conocido. Defendió la lengua y la tierra. Hizo cosas mejor o peor, pero sin él no estaríamos aquí ahora. Pareceríamos el País Valenciano», coinciden.
¿Y referentes históricos?, Miquel y Josep Badía: el ‘Capità Collons’ y su hermano. Dos pistoleros ultraderechistas de Lleida que formaban parte de los ‘escamots’ nacionalistas de principios del siglo XX y que participaron en un atentado frustrado contra el rey Alfonso XIII en 1925. De hecho, el rostro Capità Collons es la imagen actual del aladerechismo catalán.
«La independencia total es viable»
Y es que no le hacen ascos al uso de la fuerza para separarse de España. Si rechazan cualquier tipo de negociación para ello, es el único camino que queda: “El camino pasa por obtener el máximo poder político y económico para nosotros y aislar al estado español en Cataluña, marginándolo. Después, con todo este poder económico acumulado, habría que comprar armamento en secreto y financiar brigadas militares en la sombra. A partir de aquí, y en un estado podrido y decadente como el español, la independencia total es viable”.
De momento, sin embargo, armas no tienen. Al menos de fuego. Las únicas que utilizan son memes en sus redes sociales. Es el instrumento mediante el cual el aladerechismo catalán cada vez tiene más adeptos en las redes. No asusta, pero poco a poco van labrando.
¿Está reñido el ultraderechismo con el independentismo catalán? No, como tampoco lo está ser monárquico o ser del Madrid. Y dadas las horas bajas en las que están sumidos los procesistas, esta extrema derecha, homóloga catalana de VOX, que aborrece a la inmigración y a la izquierda millenial, viene pidiendo paso y exigiendo mano dura.