El Periódico de Aragón.- El grupo terrorista Estado Islámico ha reclamado este domingo la autoría de un atentado que ha dejado al menos cuatro muertos y 45 heridos tras provocar una explosión durante la celebración de una misa dominical en la universidad pública de la isla-estado filipino de Mindanao.
La Policía de Filipinas ya tenía sospechas de un posible acto de terrorismo yihadista, que más tarde ha sido reclamado por el grupo, según ha confirmado SITE Intelligence Group, un organismo especializado en hacer seguimiento de los grupos terroristas.
Por su parte, Estados Unidos ha condenado el «horrible ataque» y ha lamentado la pérdida de vidas, además de mostrar su apoyo y su disposición a cooperar con las autoridades filipinas, según ha comunicado el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Matthew Miller.
La explosión ha ocurrido dos días después de la muerte de doce presuntos miembros del grupo islamista Daula Islamiya, uno de los cientos de organizaciones radicales descritas por Filipinas como grupos terroristas que han operado en el sur del país, en una operación militar en la zona montañosa de Madre Tuayan, en Maguindanao del Sur. Entre los fallecidos se encontraba el líder de la organización.
Tanto las autoridades filipinas como la propia universidad han condenado lo ocurrido. El presidente de Filipinas, Ferdinand ‘Bongbong’ Marcos Jr., ha repudiado «en los términos más enérgicos posibles» estos acontecimientos, que ha calificado como «sin sentido» y «atroces».
Durante cinco meses, el Ejército filipino combatió calle por calle a los extremistas hasta lograr liberar la urbe, en una batalla donde murieron más de 1.200 personas: 978 yihadistas, 168 soldados y 87 civiles.
Con cerca de un 20 por ciento de población musulmana, la sureña isla de Mindanao ha sido escenario desde hace décadas de conflictos entre el Gobierno y diversos grupos extremistas, entre ellos la organización yihadista Abu Sayaf y el Grupo Maute, ambas adscritas al EI.
Estados Unidos ha condenado el «horrible atentado» durante una misa católica el domingo en la isla de Mindanao (sur de Filipinas), que dejó al menos cuatro muertos y cuarenta heridos y que fue reivindicado por el Estado Islámico.
«Estados Unidos condena en los términos más enérgicos el horrible atentado terrorista», subraya un comunicado emitido por el departamento de Estado de EEUU, el cual añade: «lloramos a los fallecidos en el atentado, y nuestros pensamientos están con los heridos».
El comunicado subraya que Washington, firme aliado de Filipinas en defensa y política exterior, «está en estrecho contacto» con el Gobierno filipino tras el atentado.