Heraldo.- El análisis de los teléfonos móviles de los cinco antifascistas detenidos por dejar tuerto a un motero a las puertas de La Casa del Loco confirmaría una agresión premeditada. La víctima llevaba un chaleco con una pequeña bandera de España.
El ataque antifascista del que fue víctima un motero de 34 años junto a la Casa del Loco el 20 de octubre de 2019 fue premeditado y tuvo un claro componente ideológico. A esa conclusión llega el Grupo de Delitos Tecnológicos de la Policía Nacional tras analizar los teléfonos móviles de los cinco investigados y localizar conversaciones de Whatsapp que demuestran que los presuntos agresores no estaban aquella anoche frente al popular local de la calle Mayor de Zaragoza por casualidad. Sus mensajes revelan que sabían que se celebraba un concierto –el del grupo británico The Meteors– al que solían asistir «nazis» y que incluso identificaron un presunto objetivo: «el jambo de los templarios».
La juez que instruye la causa contra Lorena M. G., Alicia O. O, Javier B. G., Amado F. R. y Eduardo G. M. por delitos de lesiones y odio acaba de recibir el informe pericial, en el que figura la transcripción de algunas de las conversaciones que mantuvieron antes y después de la agresión. Y si la lluvia de botellas de cerveza que dejó tuerto al motero se produjo en torno a las 0.30, dos horas antes, los investigados estaban ya hablando del tema. «En las movidas rockabilly y psychobilly suele haber nazis», decían, refiriéndose a la actuación programado esa noche en la discoteca. «Tened cuidado anda», advertía después un amigo a uno de los encausados a través de un grupo de Whatsapp.
Según las pesquisas policiales, el lanzamiento de objetos y los insultos se produjeron justo en el momento en que la víctima y sus amigos abandonaban el establecimiento tras el concierto. «Hijos de puta, fascistas os vamos a matar», espetaron los radicales a los moteros, que vestían chalecos de cuero negros con una pequeña bandera de España. La gente que había a las puertas del bar trató de refugiarse en el interior, formándose un tumulto que sirvió a los agresores para darse a la fuga. Varios de los testigos dijeron haber visto incluso como una de las chicas que había estado lanzando botellas usaba una pistola eléctrica táser para abrirse camino hacia La Magdalena.
Para la Policía, la mejor prueba de que los antifascistas tenían claro a quién habían atacado sería el intercambio de mensajes que la investigada Alicia O. O. mantuvo con un amigo justo después de la agresión. «Nazixakin mobidi eukirou», le escribía a las 0.43. Traducido del euskera, la joven le venía a decir: «Hemos tenido movida con los nazis». «Asako de cerdos; asako, asako; la ostia, tío; Eh, ahí ten cuidado», comentaban después. Del terminal de la encausada, los peritos del Grupo de Delitos Tecnológicos extrajeron además una foto suya en la calle Alfonso I, lo que la ubicaría a escasos metros del lugar del suceso poco antes de producirse.
Las grabaciones obtenidas por las cámaras de seguridad de La Casa del Loco y de la sede del Justicia de Aragón permitieron identificar a los antifascistas, pero su detención no se produjo hasta casi tres semanas después y la juez de guardia decidió dejarlos en libertad. El volcado de sus teléfonos móviles ha permitido averiguar ahora que al día siguiente del ataque estuvieron buscando la noticia del suceso en la web de HERALDO, donde también localizaron información sobre el llamado crimen de los tirantes.
Confundieron al grupo motero
Al analizar los terminales, el Grupo de Delitos Tecnológicos halló también varios archivos llamativos. Por ejemplo, una fotografía del colectivo Templarios Zaragoza (guardada horas después de la agresión). Parece que los investigados creían que eran ellos a los que habían increpado y atacado, cuando en realidad la víctima y sus acompañantes pertenecían a una agrupación motera llamada No Surrender. Los especialistas también han encontrado en los terminales un manual de terrorismo urbano vinculado al Black Bloc, colectivo al que se atribuyen los altercados registrados en Cataluña tras la detención del rapero Pablo Hasél. El documento contiene exhaustiva información sobre las técnicas y armamento de las unidades antidisturbios, así como instrucciones para fabricar un cóctel molotov y consejos para neutralizar a un Policía.
La acusación, a cargo del letrado Francisco García Berenguer, lamenta que la Policía no haya podido volcar también el contenido de las tarjetas SMS.