El Debate.- Los casos de odio contra los cristianos no son exclusivos de países de mayoría musulmana o de dictaduras. En España, a lo largo de 2023 se contabilizaron al menos 54 acciones violentas dirigidas contra creyentes cristianos. Desde sacerdotes que fueron atacados con objetos punzantes en plena misa, hasta manifestantes pro aborto que acosaron a los fieles que asistían a una misa en Barcelona y que pintarrajearon los muros del templo, pasando por detenciones por rezar en silencio frente a clínicas abortistas o por cuestionar el Islam, como le ha ocurrido al sacerdote Custodio Ballester.
Así se desprende del informe publicado este viernes por la OSCE, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, la institución de seguridad regional más grande del mundo que aglutina a 57 estados de Europa, Asia Central y América del Norte. El informe recoge que, en 2023, los cristianos de 35 países europeos sufrieron 2.444 crímenes de odio. El país que sale peor parado es Francia, con un millar de casos; le siguen Reino Unido, con 700, y Alemania, con 277, un 105 % más que en 2022. España se sitúa en sexto lugar, con las citadas 54 acciones violentas contra creyentes.
«Un apóstata que merece morir»
De los incidentes registrados en el informe, las formas más comunes de violencia fueron el vandalismo contra iglesias (62 %), incluidos muchos casos de profanación (24 %), decapitación de estatuas religiosas o ataques incendiarios (10 %) y amenazas (8 %). La violencia física sigue siendo relativamente minoritaria (7 %), pero el informe se refiere a algunos casos trágicos como el asesinato de un sacristán católico por un terrorista yihadista en Algeciras (Cádiz), un atentado con coche contra una procesión en Polonia y el intento de asesinato de un converso al cristianismo de origen musulmán en el Reino Unido, quien fue considerado por el perpetrador como un «apóstata que merecía morir».
Nacho Abad El informe también se hace eco del caso del maestro de ceremonias de la catedral de Santiago de Compostela, Elisardo Temperán, que fue agredido en julio de 2023 por un hombre de mediana edad perteneciente al municipio de Carballo. El atacante se abalanzó sobre el sacerdote que oficiaba la eucaristía, derribándolo de un puñetazo. Además, intentó clavarle un objeto punzante, «posiblemente un portaminas», en el cuello, según testigos presentes. Detrás de esta agresión habría un asunto personal, al parecer motivado por el proceso de separación en el matrimonio del atacante, que profirió gritos contra la Iglesia católica y la Conferencia Episcopal durante el incidente, acusando a la iglesia de querer separarlo de su esposa.
«En los últimos años, se ha documentado una creciente discriminación contra cristianos por su fe y la expresión de sus creencias religiosas», abunda el informe. «Los casos recopilados en 2023 van desde discriminación en el lugar de trabajo, universidades e incluso escuelas, hasta la supresión de organizaciones cristianas y la presión sobre los políticos cristianos para que renuncien a sus creencias o dimitan de sus cargos», agrega. En Reino Unido y España, por ejemplo, «numerosos individuos que rezaban pacíficamente en espacios públicos cerca de clínicas abortistas fueron interrogados, multados e incluso detenidos por la Policía», lamenta la OSCE.
«Según la nueva ley de Irlanda del Norte, una mujer que actualmente está siendo procesada después de orar pacíficamente al borde de la calle, se enfrenta a hasta seis meses de prisión si determinan su culpabilidad», señalan los autores del informe. En nuestro país, «la ley española tipifica como delito cualquier conducta considerada ofensiva por parte de la mujer o el personal del centro de aborto», denuncian. «El delito puede ser perseguido sin el consentimiento de la víctima o presentación de informes, lo que permite un procesamiento discrecional por parte del Estado. A pesar de esta masiva interferencia con los derechos fundamentales, el Tribunal Constitucional español confirmó la constitucionalidad de esta ley en mayo de 2024», lamenta el informe.
«En otro caso, un individuo en España fue multado tres veces entre noviembre de 2023 y julio de 2024 por organizar una oración diaria por la patria ante las escaleras de una iglesia parroquial de Madrid, a pocos metros de la sede del Partido Socialista», recuerda el informe. Por último, «en febrero de 2024, un sacerdote español, el padre Custodio Ballester, fue citado ante los tribunales por un presunto ‘crimen de odio’ después de criticar el Islam político y la persecución de cristianos en países islámicos en un artículo publicado en 2016. Si es declarado culpable, se enfrenta a tres años de prisión», concluyen los analistas de la OSCE.