Ese reparto se realizará antes del ingreso de las naves en puerto, para que una vez desembarcadas las personas sean transferidas inmediatamente
ÁNGEL GÓMEZ FUENTES. ABC.- España es uno de los seis países dispuestos a alcanzar un acuerdo europeo sobre inmigrantes. El pacto que se firmará prevé la distribución de las personas que los barcos de las ONG o militares hayan rescatado en el Mediterráneo. Ese reparto se realizará antes del ingreso de las naves en puerto, para que una vez desembarcadas las personas sean transferidas inmediatamente, como exige Italia, a los países de la Unión Europea (UE) que se hayan adherido al pacto, que por ahora, según indican hoy medios italianos, son seis: Alemania, Francia, Italia, Grecia y Malta, además de España. Se espera también la adhesión de Portugal y Luxemburgo.
Aún se está elaborando el texto que deberán aprobar los ministros del Interior de Italia, Alemania, Francia y Malta en la reunión que mantendrán el próximo 23 en La Valeta. El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, quiere introducir en el acuerdo europeo una rotación de los puertos, para que los inmigrantes desembarquen también en España, Francia, Malta y Croacia. Contrarios a este acuerdo son los países del grupo de Visegrado (Polonia, Hungría, República Checa y Eslovaquia), quienes siempre han mostrado su rebeldía a una política común europea sobre inmigración, en particular sobre la imposición de cuotas.
En este momento de la negociación, una de las claves es concretar las diversas categorías de inmigrantes, es decir, cuáles tienen derecho de asilo o a protección internacional porque proceden de países en conflicto o guerra, y por otro lado qué inmigrantes tienen exclusivamente motivaciones económicas. Italia desea que la división por cuotas de los inmigrantes se produzca antes del desembarco, para evitar que se eternice la negociación sobre el reparto y, además, para no dar pie a que algunos países elijan solo quienes tienen derecho de asilo, excluyendo a los irregulares o a los llamados inmigrantes económicos.
Excluidas las «naves fantasma»
Actualmente, con el acuerdo de Dublín (1990), que Italia desea modificar cuanto antes, el país de acogida es el que debe inscribir al inmigrante y concederle derecho de asilo. Formará parte también del acuerdo que se negocia el que sea la UE la encargada de gestionar la repatriación de los inmigrantes irregulares, al tiempo que se realizan proyectos de desarrollo en los países de origen. Se considera también importante que vuelva a funcionar la misión Sophia con medios militares de los países de la UE para patrullar y controlar el Mediterráneo, un mar convertido en un cementerio. En lo que llevamos de año, han muerto o desaparecido 928 personas en su desesperada aventura por llegar a Europa. En total, en este año llegaron 64.343 inmigrantes a Italia, España, Grecia, Chipre y Malta; de ellos, 52.049 lo hicieron por mar.
Este acuerdo que se negocia afectará por ahora solo a los inmigrantes que llegan en naves de las ONG o militares, quedando excluidos los que llegan en embarcaciones llamadas «fantasma». Los inmigrantes desembarcados por las ONG en Italia son una minoría. Desde inicios de año hasta el 13 de septiembre, llegaron a este país por mar 5.796 inmigrantes, de ellos poco más de 1.000 lo hicieron en naves de las ONG tras ser rescatados en 26 operaciones frente a las costas libias. La gran mayoría de los inmigrantes, un total de 4.303, arribó de forma irregular en pequeñas embarcaciones, frecuentemente abandonadas en las playas de Sicilia o Lampedusa. Así llegaron, por ejemplo, a este última isla 100 personas en las últimas 24 horas. Superando el acuerdo de Dublín, la responsabilidad para acoger o repatriar a todos los inmigrantes no será solo de Italia, sino de toda Europa.
Conte ha pedido a la UE que se concedan ayudas a los países que acojan inmigrantes. También que se pongan multas o retiren las ayudas a los gobiernos que rechacen participar en la distribución de inmigrantes.
Presiones a Macron
Conte busca especialmente el apoyo de París en su nueva política sobre inmigración y presionará al presidente francés, Emmanuel Macron, el primer jefe de Estado que será recibido en Roma, el próximo miércoles, tras el nacimiento del nuevo gobierno de coalición entre el Movimiento 5 Estrellas (M5E) y el Partido Democrático (PD).
Se trata de una visita oficial muy significativa para Italia, con la qu Roma quiere demostrar su regreso a la familia europea, después del paréntesis del gobierno del que formó parte el exministro del Interior, Matteo Salvini. Las relaciones de Salvini con Bruselas, y en particular con Macron, fueron pésimas.
Además, se quiere poner punto final a la grave crisis diplomática, sin precedentes en las últimas décadas, entre los dos países, a causa del viaje del jefe político del M5E, Luigi Di Maio, que en febrero pasado llegó a Paris para animar a varios dirigentes de los chalecos amarillos en su lucha contra Macron. El presidente francés retiró entonces su embajador en Roma por esa injerencia inadmisible. Hoy, Di Maio es el ministro de Asuntos Exteriores, y hace malabarismos para saldar con urgencias sus cuentas pendientes con París.