Salvamento Marítimo podrá desembarcar en puertos marroquíes a una parte de los migrantes rescatados
MARÍA MARTÍN / LUCÍA ABELLÁN. EL PAÍS.- España y Marruecos han alcanzado un acuerdo que va a permitir una estrategia inédita para frenar los flujos de inmigración irregular. Salvamento Marítimo podrá desembarcar en puertos marroquíes a una parte de los migrantes rescatados, según confirman tres fuentes del Gobierno español. Hasta ahora, los náufragos localizados en el Estrecho o en el mar de Alborán se trasladaban a un puerto español, aunque el lugar del rescate estuviese más próximo a la costa marroquí. La medida obedece al intento del Ejecutivo de reducir la presión migratoria en un momento en que las llegadas irregulares abonan la contienda electoral.
La medida se podrá aplicar a los migrantes interceptados en operaciones en las que Salvamento Marítimo auxilie a los guardacostas marroquíes en su zona de responsabilidad. Y siempre que el puerto más cercano no sea uno español. “Salvamento Marítimo rescata a personas en peligro en aguas españolas que lleva a puertos seguros más cercanos, que son los españoles”, explican a EL PAÍS fuentes del Gobierno. “Pero también, y dadas las buenas relaciones con Marruecos, prestará auxilio a la Marina Marroquí si lo necesita. En ese caso, las personas rescatadas se llevarán al puerto seguro más cercano, que será marroquí”, abundan esas fuentes.
La estrategia constituye el principal remedio para cumplir con el objetivo que se ha autoimpuesto el Gobierno de Pedro Sánchez de reducir a la mitad el número de entradas de inmigrantes irregulares tras un año récord de llegadas en 2018 (64.298, según datos de Interior). Se trata de una iniciativa ajustada a la legalidad internacional, porque cada país tiene la obligación de auxiliar y atender a los náufragos rescatados en su zona de responsabilidad. Pero puede resultar controvertida. Porque entre los candidatos a ser devueltos a Marruecos habrá perfiles vulnerables como solicitantes de asilo. Y por lo controvertidas que fueron experiencias similares en el pasado.
La decisión, prevista para aplicar de manera inmediata aunque su futuro dependerá del resultado electoral del 28 de abril, supone una reformulación de la actividad de rescate desarrollada por Salvamento Marítimo, responsable de llevar a tierra a casi nueve de cada 10 migrantes que llegaron en 2018 a costas españolas, según datos oficiales. Este nuevo planteamiento de las labores en el Estrecho ha sido diseñado por el Mando Único Operativo, un instrumento resucitado por Sánchez el pasado agosto para controlar las entradas irregulares y que está dirigido por el general de la Guardia Civil Félix Blázquez.
El plan del Ejecutivo contra la inmigración irregular también implica fortalecer a la guardia costera marroquí, que solo asume una mínima parte de los rescates. Es recurrente la queja de los tripulantes de Salvamento Marítimo ante la falta de acción de sus homólogos en Marruecos. “Ya nos ha ocurrido que Marruecos haya comunicado que acude a un rescate y que después no aparezca nadie. Su disposición depende del día”, se queja un tripulante que pide anonimato porque Salvamento Marítimo ha prohibido a sus empleados hablar con la prensa.
Tras la mayor atención que presta ahora Bruselas a Marruecos, España se siente legitimada para pedir más colaboración por parte de las autoridades de Rabat. El Gobierno español intercedió para que la UE accediera a desembolsar a finales del año pasado 140 millones de euros al país magrebí. La partida está destinada esencialmente al control migratorio.
Las cifras de rescates coordinados desde España avalan esa impresión de una labor limitada por parte de Marruecos en el Mediterráneo. De las 23.135 personas rescatadas en 2017, último año con datos disponibles en la web de Salvamento Marítimo, apenas 4.045 fueron auxiliadas por Marruecos, un 17%. Para implicar más a su socio magrebí, fuentes del Ejecutivo conocedoras de las negociaciones confirman, sin precisar quién asumirá el coste, que el país vecino recibirá dos embarcaciones rápidas, muy similares a las salvamares que se usan en España. El precio de cada una de estas embarcaciones ronda los dos millones de euros, según se desprende de las últimas licitaciones para la renovación de la flota.
Riesgo de altercados
La idea de devolver a los náufragos al lugar del que huyen no convence a los tripulantes de Salvamento Marítimo consultados por este diario, aunque sí defiendan que los guardacostas marroquíes deberían adoptar un perfil más activo en el auxilio en altamar. Estos profesionales recuerdan al menos una ocasión en la que se dio la orden de llevar a los ocupantes de una embarcación a Tánger. En su momento se consideró una orden desafortunada. Porque al saber que se dirigían a Marruecos, la treintena de subsaharianos rescatados se rebeló, una actitud que puede repetirse cuando se apliquen las nuevas directrices y que se ha producido en numerosas ocasiones en el caso de los migrantes que transitan desde Libia hacia costas italianas.
Ismael Furió, portavoz de CGT (sindicato mayoritario en Salvamento Marítimo), refuerza ese temor. “Ahora nos llaman cuando los náufragos están en apuros; esa medida puede llevarnos a ser alguien a quien evitar. Las muertes se dispararán. Van a huir de cualquier cosa que huela a repatriación”, vaticina.
OBLIGADOS A ENTENDERSE PARA ATENDER A LOS NÁUFRAGOS
La dinámica de rescates consiste en que Salvamento Marítimo acude al auxilio de las pateras en apuros tras recibir un aviso de emergencia por radio o a través de un número de teléfono. El centro de coordinación de la zona (generalmente Almería o Tarifa), siempre en comunicación con el de Madrid, localiza y envía a la embarcación más cercana para que realice el rescate. Ocurre que con frecuencia los barcos españoles asumen emergencias en zonas de responsabilidad de la guardia costera marroquí, que cuenta con muchos menos recursos y demuestra menos implicación en el auxilio de los náufragos. Las zonas de búsqueda y rescate española y marroquí, las llamadas zonas SAR por sus siglas en inglés, que demarcan competencias en áreas de mar muy estrechas, llegan hasta solaparse. La zona española, por ejemplo, tiene sus límites muy cerca de las playas marroquíes, por lo que es necesaria la coordinación entre Salvamento Marítimo y la guardia costera marroquí para ejecutar los rescates.