El Español.- Un concejal de extrema derecha en Italia ha logrado que hasta Matteo Salvini reniegue de él. El país vota el 25 de septiembre y sus políticos tratan de llamar la atención del votante por todos los medios, principalmente en las redes sociales. Alessio Di Giulio, miembro de la Liga en Florencia, publicó el domingo un vídeo en el que se aprovecha de una mujer gitana para lanzar una proclama xenófoba.
Di Giulio terminó borrando las imágenes, pero en ese momento ya estaban fuera de su control, viralizándose. Se trata de un videoselfie. El edil camina por la calle, se arrima a la mujer, que sonríe, y hace una promesa a todos sus seguidores: «El 25 de septiembre vota Liga para nunca volver a verla, para no verla nunca más». Ella le dice en buen tono «no, no digas eso», y más tarde un «no tengo miedo».
En el comentario de texto que acompaña esto, Di Giulio cita el artículo del Código Penal que tipifica el delito de mendicidad acosadora.
Salvini: «Hizo el ridículo»
Salvini, exvicepresidente y exministro del Interior y conocido por no esconder precisamente su opinión en estas materias, ha sorprendido saliendo al paso para amonestar públicamente a su compañero de filas: «Se equivocó, hizo el ridículo. Los problemas se resuelven con ordenanzas, con leyes, con la policía. El problema de los campamentos gitanos no se soluciona con un vídeo y enfocándolo en una persona».
«Como ministro del Interior despejé los campamentos gitanos haciendo cumplir la ley», ha declarado Salvini en una entrevista en televisión. A tenor de sus respuestas, el castigo a Di Giulio termina en esta amonestación pública, por lo que no se contempla apartarle de las listas.
Di Giulio se ha defendido con un mensaje también en sus redes sociales en el que más que arrepentido -no pide disculpas- ataca y se muestra indignado. Defiende que no es racista porque su novia «es nigeriana».
Di Giulio: «Era una broma»
«No veo a ningún opinador -se queja- denunciando la mendicidad acosadora en las grandes ciudades de la Toscana. También podríamos hablar de los campamentos ilegales de gitanos y de las personas obligadas a pedir dinero en los semáforos o en la calle, pero dudo que ningún intelectual de izquierda quiera entrar en el asunto».
En una entrevista posterior, afirma que todo «era una broma» y que la mujer del vídeo le «siguió por la calle» confundiéndole «con un turista», que «quería dinero». «Esta señora no entiende que tiene que ir a trabajar. La mendicidad no es legal», insiste.
La campaña italiana se está disputando en gran medida en las redes sociales, pero además del beneficio de la repercusión también está el perjuicio de que salten al ‘estrellato’ dirigentes locales que lastran la línea de sus líderes nacionales. La Liga quiere que esto quede en anécdota, mientras el resto de fuerzas tratan de remar en sentido contrario.