EFE. ELDIARIO.ES.- Las organizaciones Colombia Diversa y Caribe Afirmativo entregaron este viernes a la Justicia Especial para la Paz (JEP) un informe sobre la persecución contra colectivos LGBT durante el conflicto armado en la región del Urabá (noroeste) y en el convulso municipio de Tumaco (suroeste).
«Este crimen (la persecución) tomó distintas formas en Tumaco y Antioquia, donde las personas LGBT fueron sometidas a violencia sexual, tratos crueles, inhumanos y degradantes; tortura, desplazamiento forzado, amenazas, trabajo forzado y homicidio o feminicidio», destacaron estas entidades en un comunicado.
En el informe, manifiestan que «las víctimas fueron objeto de múltiples hechos victimizantes a lo largo de sus vidas en diferentes lugares de los territorios de Antioquia y Tumaco y durante todo el tiempo» que estuvieron en esos territorios varios grupos armados.
Las organizaciones señalan a la desmovilizada guerrilla de las FARC, a los grupos paramilitares y a la fuerza pública como los presuntos autores de los ataques.
La Justicia Especial para la Paz abrió el caso 2 para investigar la violencia en tres municipios de Nariño, entre ellos Tumaco, y el 4, en el que se busca esclarecer los hechos violentos ocurridos entre 1986 y 2016 en la región del Urabá, ubicada entre Antioquia y Chocó.
En total se entregarán ocho casos documentados para el caso 2, de los cuales siete tuvieron como consecuencia el desplazamiento forzado de la víctima y seis implicaron violencia sexual.
«En el caso de Tumaco, las víctimas sufrieron un profundo desarraigo de su territorio, de su familia y de las tradiciones afro de la Costa Pacífica que les ofrecían un ‘refugio de reconocimiento’ ante la discriminación de la sociedad», manifiesta el informe.
En el registro de víctimas del conflicto armado colombiano hay 879 personas entre ambas regiones que se identifican como LGBT.
«Nos tienen como objetos sexuales, creen que por ser ‘trans’ pueden decir ‘listo, yo la cojo, la hago mío, le hago sexo, la golpeo y ya’. Sí, las personas ‘trans’ somos más golpeadas porque nos tienen como una especie de burla y objeto sexual», afirma una de estas víctimas, un transexual que prefiere no dar su nombre y está citada en el informe.
Esta víctima pide a la JEP que «priorice» al colectivo LGBT, al que tacha de «blanco fácil», e insta al Estado colombiano a que de visibilidad a los casos de violencia contra esta población.
«Somos muy vulnerables y nunca nos tienen en cuenta en ningún caso. Es como si no tuviéramos derechos», concluye.
El creador de la Fundación Arcoíris y líder LGBT de Tumaco, Nixon Ortiz, reconoce que la violencia contra el colectivo los ha «marcado a todos» y que han sido «invisibles».
«También muchas personas diversas, lesbianas, gays, bisexuales y transexuales del Pacífico fueron violadas, asesinadas durante el conflicto armado y guardaron silencio por muchos años, por temor a represalias», concluye Ortiz.