El juez deja en libertad a un hombre que pateó y tiró a la vía del tren en Mataró a una joven de 17 años, contra la que profirió insultos racistas
REBECA CARRANCO. EL PAIS.- Las dos jóvenes, de 17 años, estaban sentadas en el banco, junto a la vía de la estación de Renfe de Mataró (Barcelona). Eran poco más de las ocho de la tarde del jueves y se les acababa de escapar el tren hacia Maçanet, en dirección contraria a Barcelona. Estaban riendo y bromeando, cuando un hombre se acercó a ellas y empezó a insultarlas y escupirles. “Mora de mierda, tu lo único que sabes hacer es comer pollas”, asegura que les dijo un empleado de la estación a los Mossos, según su declaración.
Las jóvenes, de origen marroquí, no se quedaron de brazos cruzados. “Eres un maricón, calvo de mierda”, le dijeron al hombre, de 37 años, y nacionalidad francesa, según esa misma declaración. En unos minutos se había iniciado una trifulca en la estación. El hombre respondió pateando a una de las jóvenes en el estómago. Luego la agarró y la tiró a la vía del tren. “La cogió por los brazos y la hizo volar”, asegura un trabajador de la estación, que pide mantenerse en el anonimato. Cuando la joven intentó subir al andén, el hombre la pateó de nuevo para impedírselo. Por suerte, el tren acababa de pasar, reflexiona ese trabajador. “Pero las vías no son de goma de borrar, podía haberse roto la cabeza”, añade. Los tres, además, estaban alejados del borde de la vía, por lo que el agresor la tiró con fuerza y a cierta distancia.
Todo pasó en unos minutos. Un empleado de seguridad de la estación que estaba cerca de ellos, en la vía 7, corrió con el perro a auxiliar a las adolescentes. “Cuando se acercó, el hombre le plantó cara también a él y empezó a gritarle: ‘gordo de mierda, tu no eres seguridad ni eres nada. Te voy a matar el perro”, recuerda ese mismo testigo. Incluso se puso en posición de boxeo, amagando con pelear con el vigilante.
El atacante intentó impedir que la víctima subiese de nuevo al andén
Finalmente, lograron reducirle. La joven había salido ya por su propio pie y aguardaba junto a su amiga en el mismo banco en el que minutos antes esperaba al tren. Pero ahora estaban serias y asustadas. El hombre alegó que tiró a la joven a las vías para “quitársela de encima” en la pelea, asegura ese mismo testigo. “Pero podía haberla echado hacia un lado, no a la vía”, reflexiona, incrédulo.
Poco después llegó a la estación la Policía Local de Mataró, los Mossos d’Esquadra y la ambulancia. Las dos menores fueron trasladadas al hospital donde las atendieron por los golpes del detenido. Al hombre se lo llevaron a la comisaría de los Mossos d’Esquadra. Los Mossos le acusan de intento de homicidio, dos delitos contra la integridad moral y una falta de lesiones. El juzgado de guardia de Mataró decretó a última hora del sábado su libertad con cargos.
El acusado, según fuentes del entorno, no es el primer episodio racista que protagoniza. Vecino del barrio de la Barceloneta de la capital catalana, más de una vez se ha quejado de la presencia de marroquíes en la zona, según esas mismas fuentes. Aunque a última hora del sábado no constaba que tuviese antecedentes por hechos similares.
Las dos adolescentes suelen coger el tren en Mataró, según explicaron diversos trabajadores. “Deben tener aquí a sus amigos”, detallaron. Lo que hace pensar que el encuentro con el presunto agresor fue casual. “Van siempre charlando, y riendo. Una de ellas es muy guapa y visten a la europea”, detalló un trabajador. El conflicto pasó incluso inadvertido para la empleada de la cafetería de la estación. “Justo vi cómo se lo llevaban. Luego las versiones que han llegado son variopintas”, explicó la mujer, en referencia a que las jóvenes también habían insultado al hombre. “Hubo trifulca un rato”, añade un taquillero de la estación.
La de ayer no es la primera agresión racista en transporte público. En el año 2007 las cámaras de los Ferrocarriles de la Generalitat grabaron a Sergi Xavier Martín agrediendo brutalmente a una menor ecuatoriana. Los hechos empezaron a las doce menos cuarto de la noche, en la estación de Sant Boi de Llobregat (Barcelona). El escrito del fiscal relató entonces pormenorizadamente lo que ocurrió. El joven “iba hablando acaloradamente” por el móvil. “Yo he matado al moro. Le corté la yugular a Mohamed… A la mujer no le hice nada… Tengo amigas que la matarán de un disparo… No sé para qué vienen estos inmigrantes de mierda”, decía, cuando vio a una chica sentada, la menor de 15 años.
“Aquí también hay una inmigrante de mierda, una zona a la que tengo ganas de…”, prosiguió por el móvil. Después se acercó a pocos centímetros de su cara y le dio “pequeños toques con las manos para llamar su atención”, mientras le decía expresiones como “puta inmigrante, aquí vienes a zorrear”. Luego le golpeó con la mano en la cabeza, le pellizcó con fuerza el pecho izquierdo y le propinó un manotazo en el antebrazo sin cesar de insultarla.
Al llegar la siguiente parada, Martín hizo amago de salir, pero retrocedió y le lanzó una patada a la cabeza de la joven, pero le dio en el hombro izquierdo. Luego le propinó un puñetazo en la cintura y otro manotazo en la cabeza. “Todos los inmigrantes deberían estar muertos”, le soltó a otro pasajero de origen suramericano. Martín fue condenado a ocho meses de prisión y una multa de 360 euros.
También Mamadou B., de Guinea-Bissau, viajaba en un vagón de la línea 3 del metro en 2010 en Barcelona cuando un desconocido se le acercó y le dijo: “¿Por qué miras a mi novia? Oye, no mires a mi novia”. Y casi no tuvo tiempo de responder. El hombre le retorció al cuello y lo tiró al suelo. Le fracturó las cervicales, lo que podría haberle causado graves lesiones.