DW.- En Alemania, una red de ultraderecha está entusiasmada con la idea de un vuelco fascista. El «Instituto de Política Nacional» y el publicista Götz Kubitschek mueven los hilos. Su influencia sobre la AfD es amplia.
Götz Kubitschek lucha contra la Alemania moderna, la diversidad social y la tolerancia, junto con su esposa, Ellen Kositza, en el pueblo de Schnellroda, en Sajonia-Anhalt. Allí establecieron una red de ultraderecha. Esta incluye el «Instituto de Política Nacional», una editorial, una revista, sus propios canales en redes sociales y la interconexión con muchas otras asociaciones y grupos. Desde ahí se «abastece” a los seguidores y al universo ultranacionalista con visiones antidemocráticas de pensadores y escritores alemanes: Armin Mohler, Ernst Jünger, Carl Schmitt u Oswald Spengler. Todos son apologistas de una sociedad populista de derecha que se cierra ante la supuesta decadencia de la modernidad y la democracia.
La historia del «gran recambio»
El pueblo de Schnellroda se vio impulsado, sobre todo, por la política de refugiados de Angela Merkel en 2015. En la llegada de cientos de miles de niños, mujeres y hombres, principalmente de Siria e Irak, Kubitschek vio una conspiración hacia un «gran recambio». Este fantaseó, sin ninguna evidencia, con un plan en el que se intercambiaría la población alemana por extranjeros: acabar con los alemanes en favor de un orden mundial global multicultural.
En una de las manifestaciones contra los refugiados en 2016 en Dresde, Kubitschek promovió su visión de una sociedad totalmente homogénea: «Alemania solo seguirá siendo Alemania si son los alemanes quienes den forma a su devenir».
Kubitschek utiliza las llamadas «academias» de su «instituto» como plataformas de agitación. Aquí, a la escena ultraderechista se la prepara intelectualmente de manera incisiva para una supuesta guerra civil inminente: «Si los alemanes seguimos siendo demasiado civilizados para las necesidades de la preguerra civil, la disputa ya está resuelta: ‘Solo los bárbaros pueden defenderse’, dijo Nietzsche». Así lo citó Kubitschek en su libro «Provokationen» (Provocaciones) en 2007.
Con tales provocaciones y habilidades para venderse bien, Kubitschek logró que se le tomase en cuenta más allá de su manejable círculo de seguidores. Cuando habla con los periodistas, es un maestro que domina la victimización. Por esta razón, el periodista que escribió este artículo prescindió de realizarle una entrevista. Sus numerosos discursos y textos publicados, que se citan en este artículo, son más que esclarecedores e informativos.
Schnellroda y el fomento de jóvenes talentos de AfD
Se podría relegar a Götz Kubitschek y su red a una posición modesta, en el margen derecho del espectro político, si no fuera por el surgimiento del partido Alternativa para Alemania (AfD). Con su política contra la inmigración y la diversidad social, se ha consolidado.
Las figuras destacadas del ala radical del partido están estrechamente relacionadas con Kubitschek y su red. Y casi toda la élite del partido ya ha estado y hablado en Schnellroda. La principal candidata de la AfD para las próximas elecciones parlamentarias, Alice Weidel, dijo allí en verano de 2019: «Es muy importante que apoyemos a nuestra próxima generación. Y la próxima generación está aquí».
Peligro del fin de la sociedad abierta
La AfD se ha radicalizado cada vez más en los últimos años. Historiadores y expertos en extremismo de derecha advierten de las consecuencias. Especialmente en Sajonia Anhalt, donde la AfD podría incluso convertirse en la fuerza política más fuerte en las elecciones regionales del 6 de junio de 2021, porque «la diversidad cultural en la sociedad disminuiría», dice David Verhich, de la asociación «Juntos», que aboga por el cosmopolitismo y la democracia.
Götz Kubitschek y la AfD han hablado hasta ahora en nombre de una minoría de alemanes, pero, así y todo, han cosechado éxito con el radicalismo de sus demandas y consignas.
El historiador Volker Weiß señala que no aportan ideas realmente nuevas al discurso político: «Estos son conceptos reelaborados que en realidad usan una segunda y una tercera vez. Son epígonos de epígonos». Weiß cree que tanto Kubitschek como el «Instituto de Política Nacional» no son la vanguardia intelectual, sino la retaguardia. Una retaguardia bochornosa que enlaza con el capítulo más asesino de la historia alemana.