ABC.- El atacante con ácido de las dos chicas de Cártama tiene numerosos antecedentes, tres peticiones de entrada en prisión y una condena de cárcel
Fue la obra de un peligroso criminal. Una persona oscura capaz de lo peor por celos, por intereses o porque no se cumplía su voluntad tal como la había dictado. «El Melillero», el escurridizo delincuente que tiene en jaque a todas las Fuerzas de Seguridad del Estado, es «muy malo», como aseguran los propios agentes que lo están buscando desde que el pasado martes. Entonces cometió su última brutalidad al rociar con ácido sulfúrico puro al 98 por ciento a su exnovia y a una amiga de ésta.
Un ataque extremo y, según fuentes de la investigación, premeditado, puesto que las chicas ya reconocieron que las había seguido, hasta darles en alcance en Cártama para cumplir su violento deseo. Cuando las tuvo a su alcance, bajó del coche para abrasarlas con el líquido. Su exnovia, Sandra, está grave en la Unidad de Grandes Quemados del Hospital Virgen del Rocío. La amiga está también grave, aunque estable, en la Unidad de Quemados del Hospital Regional de Málaga. Todo después de su última locura, que se suma a su historial macabro.
En su haber tiene más de 20 detenciones por los diversos motivos, siete órdenes vigentes de detención y tres requisitorias para su entrada en prisión. Delitos de lesiones por palizas, robo con fuerza, otro con violencia y uno más por intimidación con arma de fuego en la sala Goltier de Torremolinos, donde supuestamente amenazó con una pistola a los empleados.
Por este motivo, la Fiscalía pide hasta 12 meses de prisión, mientras que la acusación particular le exige dos años. Como medida cautelar tiene una orden de alejamiento de 500 metros de uno de los empleados a los habría apuntado con la pistola en aquella discoteca de playa.
Del mismo modo, le consta una condena del Juzgado de lo Penal 6 de Málaga en 2018 por atentado contra la autoridad y lesiones. El magistrado le impuso una pena de tres años de cárcel. Por esto está en busca y captura e ingreso en prisión desde enero de 2020.
En enero de 2015 dentro de una discoteca de Mijas, mientras los agentes de la Policía Nacional, estaban realizando labores de protección de una víctima de violencia de género, lo localizaron y le solicitaron que se identificara. Lejos de eso, contestó con amenazas de muerte y, azuzando al resto del grupo contra la actuación de los agentes. Así le propinó un puñetazo en el ojo a un policía, dejándole aturdido. «Circunstancia aprovechada por el acusado para seguir agrediendo al agente, siendo reducido por el resto de los policías», asegura la sentencias.
Los agentes señalaron que en ese momento «El Melillero» estaba «muy violento y agresivo». «Se volvió muy agresivo. Con un tono chulesco y provocativo, les amenazó con matarles, añadiendo que tenía capacidad económica y que le daba todo igual», añade la sentencia dictada sobre este delincuente al que le constan sentencias firmes por conducir sin carné en al menos cinco ocasiones.
Además, suma varias víctimas de malos tratos en su haber. La primera es una expareja con la que tiene un hijo. La mujer se lo cruzó en una discoteca de Marbella en agosto de 2016. Allí le recriminó que la joven estuviera en el local y todo acabó en una brutal paliza por la que le piden dos años y medio de prisión. Tiene dictada una orden de alejamiento por estos hechos.
«El Melillero» le habría propinado un puñetazo en la cara, tirado al suelo y agarrado del pelo para arrastrala por las escaleras de aquel local nocturno. Tras aquello, no paró. Fuera de la discoteca le siguió y, presuntamente, le estampó contra el capot de un coche desatando toda su ira contra ella a puñetazos. Por esta causa se tiene que sentar en el banquillo del Juzgado de lo Penal 13 de Málaga el próximo 27 de enero.
Mientras la autoridades lo buscaban para poder notificarle este jucio, conoció a Sandra, que se enarmoró de él, hasta que un incidente la llevó al hospital con un corte en una mano. Entonces rompieron la relación, para que un mes después, aproximadamente, la asaltara en un paso de peatones en Cártama para rociarla con ácido y dejarla al borde de la muerte, al mismo que tiempo que hería a su mejor amiga.
