El secretario de Estado contesta a Calvo que la Iglesia apoya la decisión de sacar los restos del dictador
CARLOS E. CUÉ. EL PAÍS.- La exhumación de los restos de Francisco Franco tiene todos los avales posibles, salvo el de la familia, incluido uno muy relevante, el del Vaticano. Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano y mano derecha del Papa, ha enviado una carta a la vicepresidenta, Carmen Calvo, en la que le garantiza que la Santa Sede apoya la exhumación y anuncia que forzará al abad del Valle de los Caídos, Santiago Cantera, a permitir que el Gobierno siga con sus planes, según fuentes del Gobierno. A falta de lo que diga el Tribunal Supremo en el más que probable recurso de la familia, todo está listo para la decisión final del Ejecutivo.
En la carta, Parolin es rotundo en su apoyo a la exhumación, y es la segunda vez que lo deja por escrito,pero esta vez con una mención expresa a los benedictinos que controlan la abadía y que serán forzados por la propia Iglesia a obedecer al Gobierno. “Deseo reiterar lo que señalé a vuestra excelencia durante nuestra reunión en el Vaticano, el pasado 29 de octubre, es decir, que la Iglesia no se opone a la exhumación de los restos mortales del general Franco, si la autoridad competente así lo dispone. A la comunidad benedictina de la abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos fue recordado y se seguirá recordando su deber cívico de observar plenamente el ordenamiento y de respetar a las autoridades civiles”, señala Parolin en un texto enviado el 14 de febrero como respuesta a otra que le había transmitido la vicepresidenta el 18 de enero transmitiendo su inquietud por la oposición del abad Cantera a la exhumación.
Calvo salió muy satisfecha de su reunión en el Vaticano el pasado 29 de octubre. Allí le quedó muy claro que el Papa apoya la exhumación de los restos de Franco, algo que en el Gobierno ven como muy lógico porque se trata de la decisión de un Ejecutivo de un país importante avalada por una amplia mayoría del Congreso. Nadie se atrevió a votar en contra, solo el PP y Ciudadanos se abstuvieron pero renunciaron a recurrirla ante el Tribunal Constitucional. También entendió que al Vaticano no le gustaba la idea de que fuera enterrado en la catedral de La Almudena, como pedía la familia. Sin embargo, esta segunda parte no estaba tan clara. El Vaticano se molestó por las palabras de Calvo e hizo público un inusual comunicado en que matizaba que ellos sí aceptaban la exhumación pero no tenían nada que decir sobre la inhumación.
La Iglesia quería que fuera el Gobierno quien asumiera el coste, con una reforma legal o una orden administrativa, de impedir que los restos fueran a La Almudena. No querían ser ellos los que negaran a la familia Franco el uso de un espacio en la cripta que tienen pagado y donde está enterrada la hija del dictador. Así lo ha hecho el Ejecutivo, que ha utilizado un informe de la delegación del Gobierno de Madrid que apela a motivos de seguridad y orden público para descartar el entierro en La Almudena.
Pero lo más interesante para el Gobierno es que quedara claro, después de la confusión generada por el abad Cantera, que la Iglesia está de acuerdo con la exhumación, el momento clave en el que una oposición frontal sí podía ser un problema. Ahora ha logrado el documento nítido, por escrito y de la máxima autoridad, que deja a la familia completamente sola en su oposición.