El Español.- Hecho histórico en La Liga y el fútbol español. Los jugadores del Valencia abandonaron el terreno de juego del Ramón de Carranza cuando el encuentro rondaba el minuto 30. Un encontronazo de Diakhaby, defensa del equipo che, con Juan Cala, jugador del Cádiz CF, desencadenó en el abandono de toda la plantilla visitante del césped y rumbo a los vestuarios.
Por los gestos que realizó Diakhaby y el enfado mayúsculo que protagonizó el jugador, la razón que explicó lo sucedido fue un posible insulto racista de Juan Cala hacia el rival, de nacionalidad francesa. El jugador che tuvo que ser separado y sujetado por varios compañeros y rivales, pero tras una pequeña conversación con el resto de la plantilla valencianista, todos los equipos de Javi Gracia se retiraron del terreno de juego en bloque.
La imagen fue completamente anómala y dejó perpleja a la plantilla del Cádiz. Sin embargo, no solo se producía el abandono en el terreno de juego, sino que también en la grada había movimiento. El resto de hombres del Valencia, que se encontraban en las butacas al formar parte del banquillo, se levantaron y situaron justo en la puerta a la espera de recibir instrucciones.
Después de unos minutos de dudas, y sin ningún jugador del Valencia sobre el césped, toda la plantilla del Cádiz siguió los mismos pasos y se retiró hacia los vestuarios a la espera de alguna decisión arbitral. Sin embargo, su marcha no duraría mucho y tras escasos minutos regresaron al campo.
El Valencia, que continuaba en el interior de las instalaciones, puso a calentar a Guillamón en lo que parecía una muestra de que el partido se iba a poder disputar. Minutos después, y tras un breve calentamiento de ambas plantillas, el trío arbitral regresó al césped del Ramón de Carranza para continuar con el encuentro. El marcador, con el 1-1, se reanudó con el minuto 29 en el luminoso y sin Diakhaby sobre el campo. Guillamón entró en su lugar y Juan Cala, uno de los últimos en saltar al césped en el Cádiz, continuó en el equipo.
El club che, además, emitió un breve comunicado explicando lo sucedido. Confirmaba las acusaciones de insultos racistas y explicaba que su regreso al terreno de juego se debía a su compromiso para ganar tres puntos claves. «El equipo se ha reunido y decide volver para luchar por el escudo pero firme en la condena al racismo de todo el Valencia en todas sus formas».
Poco después, el Valencia dio más detalles en sus redes sociales. «El jugador, que ha recibido un insulto racista, ha pedido a sus compañeros que vuelvan al campo a luchar«, indicó la entidad ante la sorpresa por su vuelta al terreno de juego. Diakhaby se quedó en el vestuario y Juan Cala, en el descanso, fue sustituido.
La jugada de la duda
La acción se produjo en una jugada sin demasiado peligro. Diakhaby peleó un balón con Juan Cala de por medio. Ya con el esférico lejos del área che, Diakhaby comenzó a gesticular y a buscar al rival en el terreno de juego. Con un claro enfado, el jugador del Valencia se fue directo a por el miembro del Cádiz.
Fali, del conjunto local, le intentó frenar a la vista de la gravedad de la situación. Sin embargo, apenas lo consiguió solo y necesitó la ayuda de varios jugadores. El insulto en cuestión no trascendió, pero los gestos de Diakhaby y la confirmación del propio conjunto valencianista reflejaron que se trataba de un asunto racista. Además, Gabriel Paulista, compañero de Diakhaby y uno de los que se mantuvo a su lado en toda la secuencia, fue captado por las cámaras de Movistar asegurando: «Negro de mierda no, eh».
Otros casos
La imagen vivida en el Ramón de Carranza fue muy similar a la que se produjo en el encuentro entre el PSG y el Basaksehir en la fase de grupos de la Champions League. En aquella ocasión, sin embargo, la polémica no se tuvo entre jugadores, sino con el equipo arbitral.
El duelo, como en el caso del Cádiz-Valencia, se paró ante la negativa de los jugadores a seguir disputando el encuentro. El cuarto árbitro, según denunciaron, había llamado «chico negro» a uno de los miembros del banquillo del Basaksehir. Pesos pesados del plantel francés se solidarizaron con los rivales y jugadores como Neymar o Mbappé amenazaron con no seguir jugando si no se cambiaba al colegiado señalado. Esa petición se cumplió, el partido se suspendió y se tuvo que disputar en una nueva fecha.
La investigación, que sigue abierta meses después, no ha tenido aún una conclusión pública. Sin embargo, uno de los informes recibidos por la UEFA aclaran que, pese a que las palabras sí que se produjeron, el tono no era racista sino más propio del lenguaje cultural del colegiado rumano. El árbitro, eso sí, fue suspendido.