22/07/2018 El Mundo.- El diputado ultraderechista y ex capitán del Ejército Jair Messías Bolsonarooficializa hoy su candidatura presidencial arropado por una multitud de seguidores en Río de Janeiro, con las encuestas sonriéndole para las inciertas y polarizadas elecciones de octubre en Brasil.
Su figura pone los pelos de punta a muchos brasileños, pero este nostálgico de la dictadura militar (1964-85) se está dando un baño de masas este domingo en la convención de su Partido Social Liberal (PSL), arropado por más de 3.000 seguidores que le recibieron al grito de «¡mito, mito!».
«Mi candidatura es una misión. Si estoy aquí es porque creo en ustedes, y si ustedes están aquí es porque creen en Brasil», proclamó Bolsonaro al inicio de su discurso pasado el mediodía, en una convención que debe extenderse hasta la tarde.
El candidato, de 63 años, estuvo sentado en la tribuna al lado de la abogada Janaina Paschoal, una de las impulsoras del ‘impeachment’ a la izquierdista Dilma Rousseff en 2016, que finalmente debería ser su aspirante a vicepresidenta, después de las negativas de otras dos figuras a aceptar ese rol.
«Ficha limpia»
«Tal y como está nuestro país, Bolsonaro es la persona que puede hacer la diferencia. Es nuestra esperanza porque no está involucrado en corrupción y es una persona íntegra, sincera», dijo Gilmar Jasset, un conductor de autobús de 35 años, que llegó a la cita disfrazado de su candidato, con la cinta presidencial.
El público que se acercó a este centro de convenciones para ver a Bolsonaro era heterodoxo: desde conservadores evangélicos, personas de clase media, policías y militares, hasta habitantes de favela hastiados de la violencia.
«Todos ven en este ex capitán como un salvador, un hombre de «ficha limpia», capaz de rescatar a un país hundido en la crisis política, económica y social y hastiado de los escándalos de corrupción.
Cristiano Pereira, vecino de 32 años de la violenta Baixada Fluminense de Rio, cree que Brasil necesita un hombre con el «puño firme», que permita -como Bolsonaro lo promete- el porte de armas para que «si alguien viene a robarte, se lo piense dos veces porque estás armado».
«Necesitamos un cambio en nuestro país y la única persona competente es él. Una persona de derechas, que defiende a la familia, la democracia, la igualdad y que tiene la ficha limpia», dice Sueli Bonavita, una dentista de 64 años.
Janaina, ¿vicepresidenta?
Sin embargo, Bolsonaro llegó a la proclamación de su candidatura después de haber sido rechazado hasta el último momento por dos personalidades a las que cortejaba para ser su eventual vicepresidente.
Y su sueño de tener a un general a su lado se desvaneció.
Después de varios vaivenes, Janaina, afiliada recientemente al PSL y sin experiencia política, debería ser su compañera de fórmula, pero la académica dijo que debían dialogarlo un poco más.
Con un tono mucho más medido que en otras ocasiones, Janaina dijo sentirse «honrada» por la invitación y, aunque aseguró que ella es fiel a Brasil y no a Bolsonaro, remarcó que el país necesita una «depuración» de políticos corruptos.
Pero quiso recordar a la audiencia exaltada: «No se gana una elección con pensamiento único, ni se gobierna con pensamiento único».
Sin un vicepresidente de otro partido, Bolsonaro tendría apenas 8 segundos en cada bloque de propaganda gratuita de radio y televisión de la campaña, ya que el PSL es una formación pequeña.
Eso podría restar visibilidad al candidato, aunque este enemigo de la prensa tradicional y de sus supuestas ‘fake news’ asegura que no está preocupado, porque millones de brasileños siguen su frenética actividad en las redes sociales.
Las encuestas
Lo cierto es que Bolsonaro tiene garantizados más votos hoy que ningún otro candidato, a excepción del ex presidente de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva, preso por corrupción desde hace cuatro meses, y cuya candidatura será muy probablemente invalidada por la justicia electoral.
Pero eso no es suficiente para ganar los comicios más imprevisibles de la historia moderna del país.
El ex militar, conocido por sus exabruptos racistas, misóginos y homofóbicos, parece haber tocado un techo, pese a haber conseguido vencer las reservas de varios sectores sociales, incluyendo los medios empresariales.
Mientras Lula no deja de sobrepasar el 30% de intenciones de votos, Bolsonaro no logra llegar al 20%, incluso en escenarios que no cuentan con el líder de la izquierda. Y, en simulaciones de segunda vuelta, será derrotado por todos los candidatos, según afirma Datafolha.
A la espera de que se verifique la solidez de los sondeos, el «fenómeno» Bolsonaro mantiene en vilo a Brasil, después de la experiencia de Donald Trump en Estados Unidos.
De hecho, la figura del presidente estadounidense «estaba» en la cita de este domingo: un seguidor vestido de traje se colocó una careta con su rostro y fue paseándose por el auditorio que lo aplaudía.