Los datos son alarmantes. Desde el comienzo del estado de alarma, se ha cifrado en 4.100 los detenidos por violencia machista. Además, las llamada al ‘016’ han aumentado un 60% y también han crecido las denuncias a través del chat de WhatsApp puesto en marcha por el Gobierno, una herramienta menos arriesgada que realizar una llamada de voz
LA SEXTA.- Las víctimas de violencia machista que viven con sus maltratador están atrapadas en casa con este durante el estado de alarma por COVID-19. «Se están haciendo invisibles; están intentando que el agresor no se sienta atacado«, afirma María Ángeles Jaime de Pablo, presidenta de la Asociación de Mujeres Juristas ‘Themis’.
El confinamiento ha hecho que aumenten las llamadas al ‘016’, teléfono contra la violencia machista.Si comparamos este mes de abril con el de 2019, se ha pasado de las 5.396 llamadas a las 8.632, es decir, un aumento del 60%. Además, a medida que se alargaba el confinamiento, también aumentaban las llamadas: de marzo a abril se registró un aumento del 37,6%: 2.361 llamadas más de un mes a otro.
Ángeles Carmona, presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, dice que «esto revela la especial dificultad de las mujeres para salir de sus domicilios y denunciar, así como revela también un mayor grado de información sobre los recursos que están disponibles».
1.283 consultas a psicólogas expertas en violencia machista
Esos recursos de apoyo se pusieron en marcha con la activación del estado de alarma. Además del ya habitual ‘016’, las víctimas cuentan con un chat para hablar con psicólogas expertas en violencia machista a través de WhatsApp (a los números 682916136 y 682058507) y, además, con las consultas online.
«Han sido 1.283 consultas psicológicas al WhatsApp, que es un servicio nuevo, operativo desde el 21 de marzo, y miles de consultas a la web de la Delegación del Gobierno», indica Victoria Rosell, delegada del Gobierno contra la violencia machista.
Precisamente, ha sido online donde las consultas se han disparado. De marzo a abril, han aumentado en un 586%. La duda ahora es qué pasará con el inicio del desconfinamiento. En este sentido, María Ángeles Jaime de Pablo defiende que «hay que poder auxiliarlas para que pasen de la situación de víctimas a la de supervivientes«.
Por eso es importante, dicen los expertos, reforzar la vigilancia y la protección a las víctimas para evitar que en la llamada ‘nueva normalidad’ la violencia machista vuelva a las cifras registradas justo antes de la pandemia del coronavirus.
‘Mascarilla 19’, el protocolo para pedir ayuda en las farmacias
Con el estado de alarma cambiando nuestras vidas, tocaba alzar la voz por aquellas mujeres maltratadas para las que la cuarentena puede tornarse en una pesadilla. Por este motivo, varios artistas, como Pablo Alborán, David Bisbal, Vanesa Martín, Aitana, Cepeda, Rozalén o Sebastián Yatra se han unido en el vídeo ‘Mascarilla 19’ en el que, siguiendo la letra de la última canción de India Martínez, multitud de artistas han colaborado para difundir esta iniciativa.
Después de que el confinamiento redujese las posibilidades de las víctimas de pedir ayuda, el Instituto Canario de Igualdad implantó el proyecto ‘Mascarilla 19’ que ahora se ha extendido a otros municipios de la península, como Torrejón de Ardoz.
Miriam Gutiérrez, concejala de la Mujer de Torrejón de Ardoz explica que «si tú vas a una farmacia y pides ‘Mascarilla 19’, se activa un protocolo con todos los farmaceúticos». Ellos se pondrán en contacto con las fuerzas policiales, iniciando un protocolo de ayuda.
La mujer cuenta con apoyo jurídico y puede, si lo desea, permanecer 15 días en un centro de atención inmediata o en un centro de acogida durante un año. Después, podrá entrar en un piso tutelado.
4.100 detenidos por violencia machista
Y es que desde que comenzó el confinamiento, se han cifrado en 4.100 los detenidos por violencia machista. Por eso, en 16.000 farmacias ya tienen el protocolo ‘Mascarilla 19’.
Países como Francia, Argentina, Italia o Australia han decidido implantar sistemas similares porque aunque el confinamiento nos ha obligado a suspender durante un tiempo nuestras vidas, la violencia machista, desgraciadamente, nunca cierra.