EUROPA PRESS. CADENA COPE.- El Senado de Brasil ha aprobado este miércoles un proyecto de ley, presentado en 2015 por el Partido de los Trabajadores (PT), para ampliar las penas por delitos de odio, después de la ola de protestas surgidas en varias ciudades brasileñas por la muerte de un hombre negro a manos del personal de seguridad de un supermercado Carrefour, en Porto Alegre.
«Este proyecto de ley demuestra que el Senado está de lado de la sociedad, que no está de acuerdo con el racismo, ni la discriminación, tal y como dicta nuestra Constitución», ha dicho el senador del PT en el Senado por el estado de Río Grande del Sur, Paulo Paim.
El texto, que será ahora debatido en la Cámara de Diputados de Brasil, modifica el actual Código Penal para incluir como agravante cualquier motivo racial, religioso, étnico, o de procedencia, en la perpetración de un crimen, pudiendo aumentar las penas cuando se trate de un delito de lesiones, o un homicidio.
Hasta el momento, los motivos raciales están considerados como falta dentro de la legislación, lo que suponía «con seguridad la impunidad» de este tipo de delitos, ha denunciado la senadora de Podemos Brasil, Rose de Freitas.
La muerte de Joao Alberto Silveira Freitas, a manos de la seguridad privada contratada por Carrefour en uno de sus supermercados en Porto Alegre y un agente de la Policía Militar, desencadenó una ola de protestas masivas durante el Día de la Conciencia Negra, el pasado 20 de noviembre, después de que el vicepresidente, el general Hamilton Mourão, asegurara que en Brasil «el racismo no existe».
El Instituto General de Peritaje de Río Grande del Sur ha apuntado a la asfixia como causa de la muerte en su informe inicial y las grabaciones difundidas hasta el momento revelan que Freitas fue asfixiado durante casi cuatro minutos frente a una quincena de testigos tras ser golpeado durante al menos dos minutos por dos guardias de seguridad.
La defensa de uno de los guardias, Giovane Gaspar da Silva, ha negado el móvil racista y ha defendido que el objetivo era «contener» a Freitas porque estaba «completamente descontrolado», pues «se sospecha también que estuviera bajo los efectos de narcóticos muy potentes. Tenía los ojos bajos y el iris dilatado», dijo.