El Rey se felicita de que España y Portugal ya no se den la espalda y caminen juntos
MIGUEL GONZÁLEZ. EL PAÍS.- El presidente portugués, Marcelo Rebelo de Sousa, ha advertido este lunes en Madrid que la xenofobia, el populismo y el nacionalismo son manifestaciones de “la desconfianza hacia el otro y la negación de la apertura al mundo que marcó la historia de España y Portugal”. En un acto en la Universidad Carlos III, durante la primera jornada de su visita de Estado a España, el presidente luso ha llamado a reforzar el proyecto europeo y ha defendido la acogida de los inmigrantes por necesidad, ya que Europa es un continente viejo, y también por principio. “No hay europeos puros, todos somos una mezcla y la migración es un valor esencial en Europa”, ha advertido.
También ha criticado la idea de construir una UE de varias velocidades que, a su juicio, supone «la negación de Europa”. «Si tenemos una Europa con cuatro, cinco o siete estados que tienen el liderazgo, una Europa de primera y luego [otra] de segunda o de tercera es como si aceptásemos que hay ciudadanos de primera, de segunda o de tercera. No es democracia, es apariencia de democracia”, ha advertido.
La cordialidad ha presidido la primera visita a España de un jefe de Estado portugués desde 2006. Los Reyes han querido evidenciar que, más que un vecino, se trataba de recibir a un hermano. Tras subrayar la “amistad, fraternidad y afecto” que une a los dos países y la “confianza personal” entre sus mandatarios, Felipe VI ha recordado en la cena de gala que le ha ofrecido en el Palacio Real que Portugal y España comparten «profundas afinidades asentadas en siglos de historia, en valores comunes y en una misma visión de futuro” y se ha felicitado de que “atrás quedaron los tiempos en los que nos dimos la espalda y hoy nos damos la mano y caminamos juntos”.
Según el protocolo institucional fijado el año pasado, el presidente portugués ha sido recibido en el patio de la Armería del Palacio Real en una vistosa ceremonia en la que se han disparado 21 salvas de ordenanza y han desfilado 600 miembros de la Guardia Real. El presidente luso ha viajado con una delegación de la que forman parte su ministro de Asuntos Exteriores, el rector de la Universidad de Coimbra, la presidenta de la Fundación Gulbenkian, el presidente de la patronal o varios diputados, pero sin primera dama ya que, católico practicante, se separó de su esposa y no ha formalizado la relación con su actual pareja.
La visita de Estado de Rebelo es devolución de la que hicieron los Reyes a Portugal en noviembre de 2016 y es la primera de un mandatario europeo durante el reinado de Felipe VI. Ambos se han encontrado, sin embargo, en numerosas ocasiones, la última en febrero pasado, en la cumbre COTEC en Lisboa. Como muestra de cordialidad, el Rey tiene previsto acompañar este martes a su huésped a una exposición sobre Fernando Pessoa en el Museo Reina Sofía y el miércoles se desplazará con él a Salamanca para asistir a la conmemoración del 800 aniversario de la fundación de la universidad.
La parte más política de la visita es la reunión que hoy mantendrá en La Moncloa con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con quien abordará la conexión energética entre los dos países y la concertación de ambos ante la negociación de los nuevos presupuestos de la UE, ya sin el Reino Unido.
Como es habitual en las visitas de Estado, el presidente portugués recibió la medalla de oro de Madrid de manos de la alcaldesa Manuela Carmena y acudió a la Plaza de La Lealtad para la tradicional ofrenda a los caídos. Lo que ya está reservado para los jefes de Estado de países amigos, latinoamericanos y algunos europeos, es que dirija este martes un discurso a diputados y senadores en una sesión solemne de las Cortes en el hemiciclo del Congreso.