Un estudio demuestra que criminales de guerra nacionalsocialistas dirigieron instituciones policiales en Alemania hasta finales de la década de los 60
ANDREU JEREZ. EL PERIÓDICO.- Órdenes de fusilamiento, asesinatos de minorías, persecución de judíos y de integrantes de la resistencia antinazi de países ocupados. Es sabido que todos estos fueron crímenes cometidos por funcionarios de Alemania nacionalsocialista antes y durante la segunda guerra mundial. Lo que es menos sabido – especialmente fuera de Alemania – es que relevantes funcionarios nazis continuaron ocupando cargos importantes en la República Federal tras la segunda gran guerra europea. Una investigación hecha pública esta semana apunta nuevamente en esa dirección: que la llamada “desnazinificación” de la Alemania de postguerra fue un proceso lleno de excepciones, agujeros y silencios.
Los primeros cuatro presidentes de la Oficina de Investigación Criminal del estado federado de Renania del Norte-Westfalia – el más poblado del país – estuvieron, por ejemplo, directamente implicados en crímenes nazis. Los cuatro murieron cobrando una pensión pública del estado. Esa la conclusión a la que llega un informe confeccionado por el historiador Martin Hözl, especializado en historia policial.
El descubrimiento no es “atípico”, en palabras del mismo Hözl. “El resultado de la investigación es todavía más alarmante porque los cuatro presidentes mantuvieron sus viejos contactos de la época nazi mientras ocupaban el cargo”, reaccionó Herbert Reul, el actual ministro de Interior de Renania del Norte-Westfalia, de la Unión Cristianodemócrata de Angela Merkel. “Desde la perspectiva actual, nunca deberían haber trabajado como policías”, sentenció Reul.
Un año investigando
La Oficina de Investigación Criminal de Renania del Norte-Westfalia fue fundada en octubre de 1946. En octubre de 2016, cuando la institución cumplió su 70 aniversario, las autoridades del estado federado decidieron aprovechar la ocasión para honrar la memoria de sus presidentes. Pero antes, decidieron investigar su pasado para evitar celebrar a viejos nazis, conscientes de las deficiencias de la llamada “deszanificación”. Encargaron entonces la investigación al historiador Martin Hözl, que invirtió más de un año en rastrear registros y archivos de diversos países europeos.
Los siguientes datos biográficos son sólo algunos de los resultados de la extensa investigación sobre los cuatro primeros presidentes de la institución policial:
Friedrich Karst fue el primer presidente de Oficina de Investigación Criminal renana entre 1946 y 1948. Pocos días antes del fin de la guerra, en abril de 1945, participó en el fusilamiento de 71 prisioneros, entre ellos algunos trabajadores forzados. Karst reconoció haber conducido a las víctimas hasta la fosa común y haber enterrado él mismo los cadáveres. Tras su confesión, fue relevado del cargo en 1948, aunque siguió trabajando como inspector de policía. La fiscalía acabó archivando la causa contra él y otros encausados. Murió en 1973 sin haber respondido nunca ante la justicia.
Lo sustituyó en el cargo Friederich D’heil hasta 1958. Como miembro de la Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP), fue el responsable de hacer fusilar a aquellos judíos que intentaban huir del gueto de Lódz, en el entonces territorio ocupado de la actual Polonia. 160.000 personas fueron encerradas en aquella ciudad condenadas a malvivir, a morir de hambre o a ser deportadas a campos de concentración y exterminio. Como presidente de la Oficina de Investigación Criminal incluso reclutó a antiguos nazis para la institución. D’heil murió en 1971 sin haber enfrentado nunca un proceso penal por su responsabilidad en el gueto Lódz.
Persecución de homosexuales
Oskar Wensky asumió el cargo entre 1959 y 1964. Este exmiembro de las escuadras de las SS ordenó la detención de miembros de la comunidad gitana en los Países Bajos para su posterior deportación al campo de concentración y exterminio de Auschwitz. Como presidente de la Oficina Investigación Criminal, llegó a organizar redadas contra la comunidad homosexual en la Alemania de postguerra. Tras doctorarse en Derecho en 1958, la Universidad de Colonia lo nombró profesor honorífico en 1971. En 1988, la fiscalía decidió abrir investigaciones sobre su pasado nazi. Wensky había muerto ocho años antes.
Günter Grasner fue presidente Oficina de Investigación Criminal entre 1964 y 1969. En su vida anterior, había militado en el partido nazi y trabajado en el cuerpo de policía secreta en la Bélgica ocupada por Alemania. Posteriormente fue enviado como jefe de una unidad policial al frente soviético, en el que grupos como el suyo llevaron a cabo más de 20.000 ejecuciones sumarias de presuntos “partisanos” entre 1942 y 1943.
Aunque nunca se llegó a poder demostrar su participación directa en crímenes de guerra, las autoridades belgas demandaron su detención hasta cerrar finalmente su expediente en 1947. Grasner se jubiló en 1969 y murió el año 2000 sin haber sido ni siquiera llamado a declarar como testigo en otros procesos por crímenes nazis perpetrados en Bélgica o la Unión Soviética. El viejo llegó incluso a presentarse como un superviviente de la lucha antifascista.