EFE. ELDIARIO.ES.- Una novedosa medida que permitirá que los niños transgénero puedan escoger usar un baño masculino o femenino en los colegios para respetar su identidad sexual ha provocado la última bronca política en Portugal, donde la derecha acusa al Gobierno socialista de «causar confusión» en la enseñanza.
La iniciativa forma parte de las directrices elaboradas por el Ejecutivo de António Costa para aplicar la ley de identidad de género, aprobada el año pasado en el país y que incluye como principal cambio el descenso de los 18 a los 16 años como edad mínima para solicitar el cambio de sexo en el registro civil.
Con la idea de desarrollar esa norma, la semana pasada se publicó un despacho oficial que estipula que las escuelas «deben garantizar que el niño o adolescente, en el ejercicio de sus derechos, acceda a los baños o vestuarios teniendo siempre en consideración su voluntad expresa y asegurando su intimidad y singularidad».
Se procuraba evitar una «discriminación en ambiente escolar» y ofrecer un apoyo extra desde las instituciones educativas a estos menores, que podrían ascender a 200 en un universo estudiantil total de un millón en todo Portugal, según estimaciones oficiales.
Pero ha acabado siendo un polvorín político después de que el PSD, partido de centro derecha y líder de oposición, haya considerado que se trata de una «ventana de entrada para la ideología de género».
El PSD ha argumentado que quieren «la protección de la escuela frente a las ideologías», y el líder del partido y presumible candidato a disputar el Gobierno a António Costa en las elecciones de octubre, Rui Rio, sostiene que la idea solo genera «confusión».
«En agosto, a un mes del comienzo de las clases», escribió en su cuenta de Twitter, el Ejecutivo «siembra la confusión en las escuelas y en el país. Una cosa hecha de la forma más insensata que se puede imaginar. Tratan con la mayor levedad un asunto serio y revelan poco respeto por los niños».
Además, compartió un artículo de opinión que defiende que «el día en que los baños de los colegios sean obligatoriamente abiertos a chicos y chicas de todas las edades, las agresiones van a escalar y la ‘presión de los pares’ podría ser aún más perversa».
«Vale la pena leer», dijo Rio al compartir el texto.
Las reacciones han sido más virulentas desde el democristiano CDS-PP, el partido más a la derecha del Parlamento luso, cuyas juventudes han incluso advertido con emprender acciones judiciales para trabar la medida, que a juicio de la formación «promueve una experimentación social que no tiene sentido en un medio escolar».
El Gobierno de Costa ha reaccionado a través del secretario de Estado de Educación, João Costa, quien ha explicado que la norma no significa que «una niña, de repente, encuentra a un «chicarrón’ de 16 años a su lado en el baño».
«No es decir que dos niñas van a pasar a tener a un chico en su cuarto de baño, sino que un chico que está en proceso de transición de género puede encontrar una escuela, en conjunto con la dirección y la familia, que tenga acceso privado a un cuarto de baño disponible» en las instalaciones educativas y vea respetada así su intimidad, dijo.
El secretario de Estado remarcó que no se trata de una «imposición» y lamentó que el líder de la oposición haya conseguido «transformar una medida antiacoso en una amenaza de acoso'».
