Un tuit en tono de chanza del escritor desencadena una serie de comentarios que según el Museo del campo son «una burla irrespetuosa»
EL ESPAÑOL.- Arturo Pérez-Reverte anda embarcado en la búsqueda del argumento de su nueva novela. A la espera de una nueva aventura para Lorenzo Falcó —la última había sido el intento de sabotear la creación del Gernica—, parece que el tema del Holocausto y los campos de concentración nazis es una de las opciones que más está considerando el escritor. O al menos así se deduce de los comentarios que ha ido publicando este miércoles por la mañana en su cuenta de Twitter.
Lo que pasa es que Reverte se ha encontrado con un problema importante: la gran cantidad de novelas y obras de no ficción que se han escrito sobre uno de los mayores crímenes de la humanidad. «Iba a escribir una novela sobre Auschwitz, pero ya no quedan personajes libres: La bibliotecaria de Auschwitz, La bailarina de Auschwitz, El tatuador de Auschwitz, El farmacéutico de Auschwitz, La enfermera de Auschwitz, El mago de Auschwitz, El violinista de Auschwitz…», ha lamentado el académico de la RAE.
No obstante, Reverte no se ha limitado a describir únicamente algunas de las historias más conocidas del mayor campo de concentración nazi, en el que se asesinó a más de un millón de personas, sino también de otros centros de exterminio como Mauthausen o Treblinka. «Apenas le di un teclazo a Google, mi gozo en un pozo», ha señalado el escritor, para concluir con la siguiente reflexión: «Rediós. Qué difícil se está poniendo esto de la literatura«.
Pero los quejidos del autor de Sabotaje han sentado bastante mal en el Museo-Memorial de Auschwitz, que también a través de Twitter, donde son muy activos, han querido darle un tirón de orejas: «La historia de Auschwitz es la historia del sufrimiento de 1,3 millones de personas. Su tweet parece desencadenar comentarios que tristemente se están convirtiendo en una burla irrespetuosa a la memoria de esas personas».
El Memorial del campo de exterminio se refiere a las respuestas de algunos usuarios a Reverte que le aconsejaban escribir sobre «El youtuber de Auschwitz», «El proctólogo de Auschwitz», «El tontaina que quería escribir sobre Auschwitz» o «El comercial de Apple de Auschwitz». Además, han acompañado su comentario al escritor con un link a un interactivo en su página web donde se detallan los entresijos de la máquina de terror del nazismo.
Pero el debate no se ha quedado ahí. Reverte ha entrado al trapo con su contundencia habitual y ha contestado, unas horas más tarde, con el siguiente tuit: «Usted o ustedes necesitan más comprensión lectora, pues demuestran que recordar una causa noble no siempre corre parejo con la inteligencia. Mis tuits se burlan de lo mucho que, por modas literarias comerciales, se manosea un asunto que debería tratarse con más rigor y respeto».
«Estamos de acuerdo en que la historia en la literatura debe ser tratada con rigor y respeto», han vuelto a opinar, por su parte, los responsables del Memorial del campo. «Nos entristecen todos los tweets que convirtieron su crítica en una broma de mal gusto. Nos parece una falta de respeto a la memoria de las personas que sufrieron en Auschwitz». Para concluir: «Considerando su posición y sensibilidad literaria, simplemente hubiéramos deseado que hubiera alzado su voz en defensa de las víctimas al darse cuenta de todas esas triviales, irrespetuosas y dolorosas palabras».
El mes pasado el Museo de Auschwitz también cargó contra otro escritor, esta vez Heather Morris, autor del bestseller El tatuador de Auschwitz, desaconsejando la lectura de la novela porque las descripciones plasmadas en las páginas a veces «crean más confusión que compresión» de la realidad que allí se vivió. Además, también señalaron la gran cantidad de errores en relación con lo que verdaderamente sucedió. Esta polémica abrió un profundo debate en torno al cual no hay consenso: ¿puede una novela cometer errores históricos si trata un tema tan delicado como el Holocausto?