El juez procesa por terrorismo al asesino del sacristán de Algeciras

, | 10 noviembre, 2023

La Razón.- El juez de la Audiencia Nacional Joaquín Gadea ha procesado por terrorismo a Yassin Kanjaa, el asesino confeso del sacristán de Algeciras el pasado 25 de enero, al advertir «la existencia de indicios que permiten afirmar la naturaleza terrorista del ataque». El magistrado considera que «las alteraciones psíquicas que pudiera sufrir» no impiden acordar la medida, pues en su caso solo afectarían, si es finalmente condenado, «al alcance de la culpabilidad, sin afectar a la calificación de los hechos como terroristas».

Gadea le imputa un delito de asesinato terrorista, castigado con prisión permanente revisable, y otro de lesiones terroristas (por las heridas causadas a otras dos personas), castigado hasta con 15 años de cárcel. Además, le da 24 horas de plazo para prestar una fianza de 100.000 euros para hacer frente a posibles responsabilidades civiles.

El instructor recuerda que un informe de inteligencia de Europol «contextualiza el ataque» relacionándolo con otras acciones terroristas «que tenían como objetivos concretos templos o personas de religión cristiana«, como el ataque a la Iglesia de Notre Dame de Niza el 29 de octubre de 2020, el asesinato del sacerdote Jacques Hamel, que fue degollado el 26 de julio de 2016 en la iglesia de Saint-Etienne-du-Rouvray, el ataque contra iglesias en Villejuif el 19 de abril de 2015 o el atentado frustrado con coche bomba contra la catedral de Notre-Dame de París.

Asumió «la retórica» yihadista

Según ese informe, señala, «el análisis de los datos disponibles sobre propaganda yihadista muestra que la retórica de las organizaciones terroristas como el Estado Islámico o Al Qaeda, en cualquiera de sus filiales, ha incluido sistemáticamente referencias a las comunidades y símbolos cristianos como objetivo, incitando a sus seguidores a atacar lugares de culto». Unas afirmaciones que según su criterio se corresponden «con el resultado del análisis de los dispositivos» de Kanjaa, quien en las semanas anteriores al ataque se prodigó en publicaciones «de corte radical, evidenciando que se encontraba en un proceso de radicalización exprés, pues en estas circunstancias la persona radicalizada no teme hacer público el ideario de la guerra santa o Yihad violenta, más aún, si ha tomado la determinación de actuar».

Así, el día de antes de asesinar a Diego Valencia, sacristán de la iglesia de Nuestra Señora de la Palma, Kanjaa compartió en su perfil de Facebook una publicación de una página web en árabe que se puede traducir como «la hoz que solo se arrodilla ante Allah» y que muestra a «un guerrero encapuchado sosteniendo una guadaña» y un texto en árabe con estas consignas: «Disfrutamos acabando con ellos con tranquilidad», «el triunfo, la victoria y la dignidad son para aquellos que fueron símbolos e hicieron la Yihad por ellos» o «el peor sitio en el infierno está reservado a aquellos que se mantienen neutrales en los momentos de las batallas éticas gigantes».

Las conversaciones con su madre, claves

Para el magistrado resulta «llamativo» el tono de las conversaciones de WhatsApp que mantuvo con con su madre, que evidencian «el nivel de religiosidad que estaba adquiriendo en las semanas previas a la comisión de los hechos, circunstancia que es advertida por la madre de este en varias ocasiones». Y hace referencia a «las continuas manifestaciones de su madre» ante un hecho «que tanto le preocupa»: «Yo tengo miedo por ti, por las cosas que me decías». Lo que según el juez «no hacen más que revelar y corroborar la predisposición» de su hijo «a cometer una acción». «Lo siento, estás en tu derecho. Lo siento y mucho. Es mi culpa, pero nuestro honor era todo para mí». Para Gadea, de ahí se puede concluir que «Yassin tenía premeditado el ataque mortal que llevó a cabo».

El informe psiquiátrico realizado a Kanjaa determina que presenta «un cuadro psicótico que cursa con delirios de probable filiación esquizofrénica» y que cuando cometió el ataque «presentaba una descompensación psicótica aguda con un importante grado de implicación afectiva y conductual que afectaría muy severamente a sus capacidades volitivas e intelectivas».

La Sección Segunda de la Sala de lo Penal rechazó que la Audiencia Nacional se inhibiese del asunto, pero admitió que en la instrucción hay «determinados datos que hacen dudar seriamente del carácter terrorista de los hechos objeto de investigación» en relación con el objetivo que perseguía Kanjaa, que para ser considerado terrorista debería ser el de «alterar gravemente la paz pública».

Para la defensa del asesino confeso, si este padece un trastorno delirante eso «impediría automáticamente el poder hablar de un delito de terrorismo». «Cree ser un mensajero de Dios y que la persona que mató era un demonio como también lo era el sacerdote» al que hirió, argumentaron sus abogados. Y es que Kanjaa afirmó a los psiquiatras que actuó convencido de que su víctima y el sacerdote al que hirió eran el «demonio».

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