Público.- Núcleo Nacional está hoy entre dos tierras. Según el Registro Nacional de Asociaciones del Ministerio del Interior, es una asociación con fines lúdicos y deportivos. De acuerdo a la Guardia Civil, se trata de un grupo que difunde mensajes de odio contra personas migrantes. Sus militantes, por si acaso, suelen ir encapuchados.
No está claro cómo aparecerán el sábado en Alcalá de Henares, donde los ultras celebrarán su primer año de campañas racistas e islamófobas. Tampoco se sabe el lugar exacto del encuentro, convertido a esta hora en el secreto mejor guardado de este grupo ultra.
Núcleo Nacional hizo su primera aparición pública en abril de 2024, entre llamamientos a defender la «raza«. En agosto de ese año, el grupo consiguió su inscripción como asociación ante el Ministerio del Interior pese a que la Policía Nacional investigaba sus actividades.
En una respuesta enviada en diciembre pasado al diputado de ERC Francesc-Marc Álvaro, la cartera que dirige Fernando Grande-Marlaska aseguró que entonces no encontró «ningún motivo de legalidad» que impidiera la inscripción del grupo.
«Durante el procedimiento de inscripción no se dedujo de estos fines indicios de ilicitud penal ni constan informes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad acerca de la actividad de la asociación, en tanto que estas actuaciones hubieran sido determinantes para la remisión del expediente a la Fiscalía General del Estado», señaló Interior en el documento remitido al representante catalán.
El pasado día 1 de abril, la Guardia Civil abrió una investigación en torno a un video difundido por Núcleo Nacional en el que los militantes encapuchados instaban a otras organizaciones de ultraderecha a «una lucha conjunta contra la invasión». Tras analizar el caso, los agentes interpusieron una denuncia contra los ultras por un presunto delito de odio.
«Este tipo de manifestaciones y la escenografía utilizada en este vídeo nos recuerdan épocas muy oscuras y muy difíciles«, afirmó el ministro Fernando Grande-Marlaska tras conocerse esta noticia. El asunto está ahora en el Juzgado de Valladolid.
