La crispación ha «sepultado» estos días proyectos estratégicos de la coalición como el Ingreso Mínimo Vital o las leyes de Cambio Climático o de Residuos
INMA CARRETERO. CADENA SER.- El Gobierno quiere recuperar la agenda perdida por la pandemia de coronavirus y la bronca política. La coalición de PSOE y Podemos, que ha cumplido sus cien días de Gobierno en estado de alarma, aspira ahora a retomar su hoja de ruta legislativa y dominar la agenda con sus prioridades estratégicas. Con esa intención, el Consejo de Ministros tiene previsto aprobar el martes 9 de junio el anteproyecto de Ley orgánica de protección integral de la infancia y la adolescencia frente a la violencia, la ley estrella de Pablo Iglesias, la que bautizó mediáticamente como ‘ley Rhodes’, como reconocimiento al compromiso del pianista británico en la denuncia de los abusos sexuales a menores.
Pedro Sánchez sacó adelante este miércoles la última prórroga de la alarma reforzando la mayoría de su investidura (esta sexta votación terminó con 177 votos a favor, 155 en contra y 18 abstenciones tras sumar lo síes de Ciudadanos). No es ni mucho menos una ecuación estable, pero la Moncloa se agarra a este resultado para subrayar que hay legislatura para cuatro años, que es algo que Pedro Sánchez repite cada vez que tiene oportunidad.
Interpretaciones aparte, la consolidación del Gobierno depende de la aprobación de unos nuevos Presupuestos Generales del Estado (Hacienda tiene que enviarlos al Congreso antes del 1 de octubre para que estén en vigor «en tiempo y forma» el 1 de enero de 2021) pero, por lo pronto, el Ejecutivo pretende recuperar la iniciativa legislativa y política. Ha hecho intentos desde que pasó lo peor de la epidemia, pero con escaso éxito: el Ingreso Mínimo Vital y las leyes de Cambio Climático de Residuos, dos grandes proyectos estratégicos que la coalición ha lanzado en las últimas semanas, han quedado practicamente «sepulados» por la crispación. Así lo admiten fuentes gubernamentales que reconocen además su «frustación» por el hecho de que «el ruido lo arrase todo».
La ley Rhodes ofrece otra oportunidad a los socios. La Vicepresidencia segunda de Derechos Sociales y Agenda 2030 intentó encajar el anteproyecto de ley de protección de los menores frente a la violencia en el orden del día del Consejo de Ministros de la primera semana del estado de alarma. La Moncloa la frenó. Se impuso la lucha contra la pandemia. Ahora, ya en la desescalada, la coalición impulsa este texto que coordina el vicepresidente Pablo Iglesias pero que también firman Fernando Grande Marlaska, ministro del Interior, y Juan Carlos Campo, titular de Justicia. Campo protagonizó el choque con los morados a cuenta de la otra gran apuesta de Podemos, la ley de Libertad Sexual, a la que el Consejo de Ministros dio luz verde en medio de un gran debate interno antes del 8-M y de la epidemia.
Tres meses después, el plan del Ejecutivo es ir volviendo a la normalidad, a lo que denomina nueva normalidad. Parece inevitable, en cualquier caso, que tenga que revisar sus previsiones: el objetivo que había marcado la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, era muy ambicioso: enviar a las Cortes 92 leyes en 2020, la mitad de ellas antes de agosto. Todo eso fue antes de ni siquiera sospechar que, desde el 14 de marzo, España iba a estar en estado de alarma.
