COPE.- La Fiscalía pide penas de hasta diez años de cárcel para 15 ultras, entre ellos el líder de Democracia Nacional en Cataluña, por hostigar durante un año a la comunidad islámica del barrio barcelonés de Nou Barris y atacar a su mezquita, aprovechado las protestas vecinales contra el oratorio.,En su escrito, el ministerio público acusa de los delitos de coacciones, amenazas graves, lesiones y contra los derechos fundamentales a Alberto Bruguera, máximo responsable de Democ.
La Fiscalía pide penas de hasta diez años de cárcel para 15 ultras, entre ellos el líder de Democracia Nacional en Cataluña, por hostigar durante un año a la comunidad islámica del barrio barcelonés de Nou Barris y atacar a su mezquita, aprovechado las protestas vecinales contra el oratorio.
En su escrito, el ministerio público acusa de los delitos de coacciones, amenazas graves, lesiones y contra los derechos fundamentales a Alberto Bruguera, máximo responsable de Democracia Nacional en Cataluña, y a Juan de Haro, líder de la rama juvenil de ese partido en España, además de a trece simpatizantes y militantes de la formación de extrema derecha.
Según el fiscal, entre los años 2017 y 2018, los acusados sometieron a una «insistente campaña de hostigamiento» a la comunidad islámica en Nou Barris, tanto a través de redes sociales como mediante ataques a la mezquita de la calle Japón, que reiteradamente amaneció con pintadas islamófobas, restos de embutidos de cerdo y heces de perro en su puerta y con silicona en la cerradura.
Por ello, el fiscal de Delitos de Odio de Barcelona, Miguel Ángel Aguilar, pide que los ultras indemnicen con 30.000 euros a la comunidad islámica de Nou Barris por los «daños y sufrimientos morales» infligidos y con la suma a que asciendan los desperfectos causados en la mezquita.
El escrito de la Fiscalía vincula la campaña contra los musulmanes de Nou Barris con los atentados yihadistas de 2017 en Barcelona y Cambrils (Tarragona) y con la «línea estratégica» que comparte la extrema derecha europea, basada en la «supuesta amenaza que representa la inmigración musulmana, los refugiados y el Islam para la identidad nacional y la idea de Europa y Occidente en general».
En ese contexto, sostiene el fiscal, la extrema derecha «ha utilizado la táctica de la injerencia en conflictos vecinales contra la apertura de nuevos centros de culto islámico» y una prueba de ello es, a su parecer, el caso de la mezquita que se iba a abrir en la calle Japón de Nou Barris, similar a las protestas contra la apertura de centros de culto musulmán en otras localidades catalanas como Reus, Sant Feliu de Llobregat, Terrassa o Tarragona.
