En plena crisis de refugiados y en precampaña para las regionales, François Fillon defiende ‘el levantamiento de ese tabú legal’. Las ve necesarias para ‘conocer la realidad de la población del país’. La ultraderechista Marine Le Pen rechaza la polémica propuesta
MARÍA D. VALDERRAMA. EL PAÍS.- Polémica en Francia por las declaraciones del antiguo primer ministro de la era Sarkozy, François Fillon, que defiende en una entrevista la necesidad de crear estadísticas «étnicas». «Es un tabú que debemos superar; si no, nos mantendremos en la negación de la realidad», defendió Fillon en una entrevista a ‘Le Journal du Dimanche’.
En Francia, la elaboración de cualquier tipo de lista oficial realizada en función del origen de los ciudadanos está completamente prohibido. Es un delito castigado con prisión y multas de hasta 300.000 euros. Hablar de estadísticas étnicas en Francia activa de manera automática los recuerdos y fantasmas de la ocupación nazi y el colaboracionismo durante la Segunda Guerra Mundial, cuando decenas de miles de ciudadanos franceses, en su mayoría judíos, fueron deportados y asesinados en campos de concentración.
«Hay un tabú increíble por el cual nadie en Francia sabe cuál es la realidad de la población de nuestro país», asegura Fillon. «Si queremos pilotar la política de inmigración tal y como aconsejo, permitir al Parlamento fijar el número de personas que Francia puede acoger actualmente, no sufrir una inmigración que venga de una única región del mundo desconectada de nuestras necesidades económicas y posibilidades sociales, debemos tener la posibilidad de saber a quién acogemos y en qué se convierten esas personas, cómo se integran. Para ello necesitamos estadísticas étnicas», es el argumento que defiende el que fuera primer ministro entre 2007 y 2012.
No es la primera vez que François Fillon se pronuncia en materia de inmigración tras dejar el Gobierno, pero la polémica coincide con un periodo especialmente tenso por la crisis de refugiados y la celebración de las elecciones regionales en Francia que tendrán lugar el próximo mes de diciembre y que, según las encuestas, prometen ser un combate duro entre Los Republicanos y la ultraderecha de Marine Le Pen. El Partido Socialista no parece tener muchas oportunidades y podría perder bastante poder.
Sin embargo, ni siquiera Marine Le Pen, quien mantiene tradicionalmente una política dura frente a la inmigración, se muestra de acuerdo con las declaraciones de Fillon. «Estadísticas étnicas, ¿qué es eso?», se pregunta Le Pen en una entrevista en France 2. «¿Es como cuando en Estados Unidos marcan a los negros en el carné de identidad? Esta racialización política a mí no me va. No quiero meter en el mismo saco a los franceses de ultramar, nuestros compatriotras, con personas que vienen de países extranjeros, como Malí u otros».
Le Pen sí apuesta por la creación de estadísticas sobre el número de ciudadanos dentro del país que poseen doble nacionalidad, cuestión que el FN ya trata en su programa permitiendo mantener la doble nacionalidad únicamente a personas nacidas dentro de las fronteras de la UE; el resto debería elegir entre una nacionalidad u otra.
«Para François Fillon las estadísticas sobre los franceses se utilizarían para mostrar los problemas de integración y no de discriminación, por tanto servirían para justificar los límites de la inmigración de ciertas regiones del mundo, podemos imaginar que sería principalmente África», opina el sociólogo Éric Fassin, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Paris VIII. «En resumen, estas estadísticas tendrían una finalidad discriminatoria porque volverían a distinguir el origen de los ciudadanos, no solamente por criterios legales (europeos o no) sino criterios de origen (de tal país o tal continente), un eufemismo para clasificar por razas».
‘Entonces yo, ¿qué soy?’
También se ha mostrado desfavorable a la idea de Fillon su contrincante a las primarias de cara a las elecciones presidenciales de 2017, Hervé Mariton (Fillon compite también contra Sarkozy, Alain Juppé -alcalde de Burdeos-, o Bruno Le Maire -antiguo ministro de agricultura-, entre otros).
«Esto no coincide con el François Fillon que yo conozco», dice Mariton. «Es esto lo que me preocupa en el debate político de Francia: hombres que por impulsar una campaña y llamar la atención necesitan decir algo transgresor y por tanto se dedican a hablarnos de estadísticas étnicas».
«Mi padre era Dauphinois (perteneciente a una antigua provincia del sudeste de Francia), mi madre judía ‘pied noir’. Entonces yo, ¿qué soy? ¿Judío bereber? ¿Dauphinés? ¿Qué casilla tendría que marcar? No lo sé. No quiero categorizar a los franceses por el plano étnico«, critica Mariton.
No es la primera vez que se reabre el debate en torno a las listas étnicas en Francia. En 2010, ocurrió al descubrirse que un organismo oficial tenía listas sobre ‘Minorías étnicas no sedentarias’, lo que fue denunciado por distintas asociaciones de gitanos. También ocurrió este año, cuando el alcalde de Béziers por el Frente Nacional, Robert Ménard, aseguró que, a pesar de la prohibición, su ayuntamiento conocía el origen de los niños en sus colegios en función de los nombres. En este pueblo al sur de Francia, el ayuntamiento entiende que el pequeño Mohamed sería musulmán y su compañero Danielle, no.
