La Razón.- Para que no haya que traducir del árabe y con el fin de dar la mayor difusión a sus mensajes, el Estado Islámico (Daesh, Isis) informa, a través de «La Voz de Al Andalus», de la decapitación de ocho cristianos «en un ataque de soldados del Califato en Beni, este del Congo»
«Con el éxito de Allah, los soldados del Califato atacaron la aldea cristiana de Kabowiki, en la región de Beni, y decapitaron a 8 cristianos, mientras los demás se huyeron de la aldea. Luego, los muyahidines se apoderaron de algunas de sus propiedades, antes de volver a salvo a sus posiciones, y todas las alabanzas se deben a Allah».
Una nueva matanza, que hay que sumar a las que semanalmente cometen en África los terroristas, un genocidio a pocas horas de avión de Europa que mantienen indiferente a la opinión pública. Un peligro latente, creciente, que cualquier día posará sus siniestras huellas en el civilizado occidente de forma mucho más habitual que ahora. Tiempo al tiempo. El mal que no se extermina in situ se expande de manera irremediable.