Los yihadistas han subido el número e intensidad de sus ataques tras el repliegue de fuerzas de la coalición internacional
J.M. ZULOAGA. LA RAZÓN.- El avance de Estado Islámico (Daesh), la recuperación de su capacidad operativa, es una realidad tras su derrota territorial hace más de un año en Siria, según reconocen diversos expertos en la materia. La retirada de algunas unidades de la Coalición Internacional como consecuencia del coronavirus y por necesidades internas de sus países de procedencia, favorece la acción de los yihadistas
Los atentados, al principio con unas ciertas dosis de improvisación, se han convertido en auténticas acciones de guerra, con la participación de hasta 200 terroristas.
Lo preocupante es que utilizan todo tipo de armamento para batir sus objetivos, desde los coches bombas suicidas, morteros de medio y largo alcance, armas largas y cortas y francotiradores, que demuestran un gran entrenamiento.
La combinación de todos estos elementos, normalmente contra campamentos militares, les permite conseguir auténticas matanzas, como las ocurridas en Mali, Níger e Irak.
El objetivo, sobre todo en el Sahel, es la consolidación de una “zona de confort”, “zona franca”, entre Níger y Mali, en la que montar las estructuras centrales de la banda terrorista y, desde allí, lanzar ataques contra Europa, según las citadas fuentes. La presencia de francotiradores y expertos en explosivos es un asunto a tener en cuenta a la hora de evaluar las amenazas.
En las últimas horas, la agencia Amaq, del Estado Islámico, ha dado cuenta de la comisión de dos de estos atentados, uno de ellos en Irak, que causó 20 muertos en la zona de Saladin. “20 miembros de la Movilización Popular fueron asesinados y heridos en un ataque de combatientes del Estado Islámico, que asaltaron el cuartel de la multitud popular”. Cuando llegaron refuerzos, se encontraron con que los terroristas habían colocado una bomba trampa que hicieron detonar.
Por lo que respecta a Níger, Amaq asegura que sus llegaron a controlar varios cuarteles del Ejército cerca de la frontera con Nigeria. “Confiscaron siete vehículos de cuatro ruedas, varias armas y municiones, y quemaron los barracones antes de retirarse de ellos al final del ataque”, asegura.