El Periódico.- El presidente congoleño ha asegurado que los responsables del ataque serán «arrestados y castigados severamente».
El grupo terrorista Estado Islámico en África Central (ISCA) ha reivindicado el atentado perpetrado este domingo contra una iglesia evangélica de Kasindi, en el estado de Kivu Norte, República Democrática del Congo (RDC), que se ha saldado con al menos 17 muertos y una veintena de heridos. «Estado Islámico asegura que sus milicianos colocaron y detonaron artefactos explosivos, lo que ha dejado decenas de cristianos muertos y heridos», ha indicado Rita Katz, directora de SITE Intelligence Group -un organismo especializado en hacer seguimiento de los grupos terroristas-.
Así, ha explicado que el grupo terrorista ha amenazado, además, con llevar a cabo más atentados de cara al futuro. No obstante, el principal sospechoso del atentado ya ha sido detenido y está siendo interrogado por las autoridades. El presidente congoleño, Felix Tshisekedi, ha lamentado lo ocurrido y ha expresado su «tristeza» por este «crimen atroz». «Envío mis más profundas condolencias a los familiares de las víctimas. Aseguro que los responsables serán perseguidos, arrestados y castigados severamente», ha dicho en un comunicado recogido por la emisora Radio Okapi.
Por su parte, la Misión de Naciones Unidas en República Democrática del Congo (MONUSCO) ha prometido dar apoyo a los servicios sanitarios para «tratar a los heridos del atentado con bomba» de la ciudad de Beni y ha matizado que ya se ha enviado a la zona una ambulancia medicalizada.
Grupos Rebeldes
El Gobierno de RDC ha responsabilizado del atentado a los rebeldes de las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), un grupo ugandés creado en la década de los noventa especialmente activo en el este de RDC y acusado de la matanza de cientos de civiles en esta zona del país. El grupo atravesó una escisión en 2019 después de que Musa Baluku -sancionado por Naciones Unidas y Estados Unidos- jurara lealtad al ISCA, bajo cuya bandera actúa desde entonces. El aumento de sus ataques en suelo ugandés y la reclamación de un atentado en la capital ugandesa, Kampala, llevó a ambos países a lanzar operaciones conjuntas en el este de RDC
