El portavoz de la organización terrorista llama a los musulmanes de la zona a ser «punta de lanza en la batalla contra los judíos» frente al plan para el conflicto palestino-israelí diseñado por Trump
FRANCISCO CARRIÓN. EL MUNDO.- El Estado Islámico agita el terror en vísperas de que el presidente estadounidense Donald Trump haga público su controvertido plan de paz para el conflicto palestino-israelí. Su portavoz ha proclamado una «nueva fase» de ataques contra Israel desde sus sucursales en territorios vecinos y ha instado a sus simpatizantes en todo el mundo a «luchar contra los judíos» allá donde se encuentren.
«Estamos aún aquí. Y estamos preparados para dar comienzo a una nueva fase en nuestra guerra contra vosotros para recuperar todo lo que usurpasteis a los musulmanes. Los ojos del califato permanecerán sobre Jerusalén. En los próximos días, sufriréis porque el honorable y valiente [nuevo líder del IS] llegará hasta vosotros», ha prometido el nuevo portavoz de la organización terrorista, Abu Hamza al Qurayshi, en un mensaje de audio difundido por Al Furqan, una de las ramas mediáticas del grupo.
Se trata de la primera alocución desde la que en noviembre sirvió para confirmar el óbito de Abu Bakr al Bagdadi y presentar a su sustituto, Abu Ibrahim al Hashimi al Qurayshi. Hasta ahora, el IS (Estado Islámico, por sus siglas en inglés) no ha desempeñado un papel reseñable en el litigio que durante décadas ha enfrentado a palestinos e israelíes y modelado el convulso Oriente Próximo. Ni siquiera cuenta con una sucursal activa en los territorios palestinos.
En su llamada a los ataques, de 37 minutos de duración, Abu Ibrahim menciona especialmente «a los soldados del querido Sinaí y el bendecido Levante (Siria)», dos de las ramas más organizadas de la organización yihadista y las que lindan con Israel. «Debajo de vosotros hay asentamientos y mercados judíos. Convertidlos en terrenos donde probar vuestras armas químicas y otro armamento y misiles», les exhorta el portavoz.
En plena recomposición y rearme tras la pérdida de Al Bagdadi y el territorio del que una vez disfrutó en Siria e Irak, el IS trata ahora de apropiarse del conflicto y capitalizar la indignación que causa para afianzar su resurrección. «Uníos a los soldados del califato que buscan derribar las fronteras y los diques que les impiden luchar contra los judíos», ha reclamado el portavoz, que asumió el título tras la muerte de Abu Hasan al Muhajir a finales del pasado octubre en una misión de las fuerzas especiales estadounidenses paralela a la que se cobró la vida del entonces califa.
«Musulmanes que vivís en Palestina y más allá, sed la punta de lanza en la batalla contra los judíos y haced que sus complots fracasen como su ‘acuerdo del siglo'», ha indicado Abu Ibrahim en referencia al plan para el conflicto palestino-israelí diseñado por Trump y su yerno Jared Kushner que el republicano tiene previsto desvelar este lunes coincidiendo con los encuentros en Washington que mantendrá con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y su rival electoral, el centrista Benny Gantz.
En el mensaje, titulado «Alá los destruyó por completo y un destino similar aguarda a los infieles», el nuevo portavoz también se mofa del Gobierno iraquí y su ejército y de su incapacidad para «imponer su orden sobre el terreno», defender su soberanía y expulsar a las tropas estadounidenses de su territorio, un asunto de plena actualidad en Bagdad tras la petición de salida aprobada por el Parlamento y la protesta del viernes organizada por el clérigo Muqtada al Sadr tras el ataque con dron que liquidó al general iraní Qasem Soleimani.
El grupo asegura que pese a la presión militar mantiene su presencia en Siria e Irak, donde llegó a ocupar y controlar amplias zonas y ha logrado mantener su «guerra». En un mensaje directo a las tribus suníes iraquíes, el portavoz avanza que «reciben constantemente listas de nombres de miembros colaboracionistas [con las autoridades locales] de las tribus» y que serán atacados «antes o después» por las huestes de la organización, que han abrazado la clandestinidad.
A sus militantes sirios e iraquíes les insta a viajar «hasta la provincia más cercana» y reforzar las células del grupo mientras confía en liberar a quienes se hallan entre rejas y pide a sus acólitos no «entretenerse» con disputas internas.
El resurgimiento del IS inquieta a las fuerzas de seguridad iraquíes. Curtido en la insurgencia, el movimiento ha aumentado sus acciones en los últimos meses, con la colocación de artefactos explosivos improvisados, los asesinatos selectivos y las emboscadas a las tropas iraquíes en las provincias de Saladino, Kirkuk, Diyala o Nínive. En Siria, los coletazos de la guerra y el extremismo incubado en los campos de Al Hol y Al Roj -donde habitan familiares de militantes del grupo- también contribuyen al renacimiento de las últimas huestes.