Socavar estas instituciones forma parte de la estrategia del separatismo para ‘vender’ la necesidad de romper con España
GISELA REVELLES. VOZ PÓPULI.- Si algo ha parecido preocupar especialmente al independentismo catalán desde que se declarara la pandemia de COVID-19 el pasado mes de marzo, ha sido el papel que en estas semanas han jugado el Ejército y la monarquía en toda España. Cataluña incluida. Más allá de la gestión de la crisis sanitaria en sí o del miedo a la enfermedad, el separatismo ha contemplado con inquietud cómo ambas instituciones protagonizaban escenas positivas que rompen con el relato independentista creado sobre ellas. Y, así, desde el Govern presidido por Quim Torra se ha intentado minimizar el papel de ambas instituciones estas semanas, como se ha hecho con el propio Gobierno central, intentando dejar claro que Cataluña es diferente.
El primer decreto de estado de alarma ya permitía adivinar que los militares tendrían un especial protagonismo en la gestión de la crisis. En Cataluña, fue Sabadell el primer escenario en el que su papel fue fundamental para ayudar. Lo hicieron levantando un hospital de campaña necesario para poder atender la avalancha de contagiados de COVID-19 y evitar así el colapso del sistema sanitario catalán. Fue la alcaldesa de esta ciudad, la socialista Marta Farrés, la que pidió su intervención. Y el Ministerio de Defensa no dudó en enviar a efectivos de la UME para atenderla.
Tiendas o cubículos
El hospital, sin embargo, tardó en entrar en funcionamiento por culpa del Govern, que intentó por todos los medios a su alcance que no estuviera operativo apelando a que no quería que los pacientes estuvieran en tiendas de campaña militares cuando podían estar en cubículos en un polideportivo. La denuncia de un particular permitió agilizar la situación y el hospital pudo al fin entrar en funcionamiento. Sorprendentemente, la Justicia ha archivado esta denuncia por considerar que no ha quedado acreditado que la Generalitat intentara obstaculizar el trabajo de los militares.
Más alarma creó entre el independentismo que también fuera el Ejército el responsable de levantar instalaciones para personas sin hogar en Barcelona. El discurso de agradecimiento de la alcaldesa, Ada Colau, que siempre se ha mostrado tibia ante el separatismo, suscitó todo tipo de críticas entre los independentistas. Colau, antimilitarista reconocida, no dudó en dar la «bienvenida» a la UME en su cuenta de Twitter, lo que le costó todo tipo de críticas.
Así las cosas, el separatismo no ha dudado en emprender estos días una campaña contra los militares, basada en comparar el gasto que el Ejército supone para España con lo que supondría ese dinero si se destinara a Sanidad. Olvidan, sin embargo, que el Ejército lo financia el Estado, mientras que es la Generalitat la responsable de la situación económica en la que se encuentra el Departamento de Salud catalán. Y procuran no recordar que los recortes que dejaron la sanidad pública en una situación más que complicada vinieron de la mano del Govern de Artur Mas, con el respaldo de ERC. Es decir, los mismos partidos que gobiernan ahora y que no han hecho nada en estos años por revertir la situación.Bombers per la República@ANC_Bombers
No son militares pero los efectivos de la Guardia Civil, por otro lado, también han sido víctimas estas semanas de las obstaculizaciones del Govern a su trabajo. Es lo que ha sucedido en el municipio de Sant Andreu de la Barca, donde no han podido entrar en funcionamiento ni un hospital de campaña ni un hotel medicalizado promovidos por el Consistorio, gobernado por el PSC.
El caso también ha sido llevado a los tribunales por un particular y el alcalde, Enric Llorca, ha llegado a denunciar en público la actitud del Departamento de Salud, que ni siquiera contestaba a sus llamadas y que no ha autorizado la entrada en funcionamiento de estas instalaciones a pesar de que el Consistorio se hacía cargo económicamente de las mismas con ayuda de empresas privadas del municipio.
Contra Felipe VI
Los independentistas, por otro lado, no sienten precisamente afecto por la Casa Real. No perdonan a Felipe VI su discurso contra el separatismo de octubre de 2017 y que dio fuerza a los catalanes que quieren seguir siendo españoles. De ahí que cualquier intervención del monarca levante ampollas en la Cataluña que no quiere seguir siendo española. Así se ha podido comprobar en los dos discursos pronunciados por Felipe VI en las últimas semanas por la pandemia de COVID-19. En este caso, además, llama especialmente la atención el trabajo de algunos medios de comunicación vinculados al independentismo y con fuerte dependencia de las subvenciones de la Generalitat.
Es el caso del digital El Nacional dirigido por José Antich. Este medio tiene su propia sección dedicada a la monarquía española, cosa difícil de ver en diarios nacionales. En esta sección, analizan cada jornada cualquier gesto de los reyes o de sus hijas. Siempre desde una perspectiva mordaz y buscando la manera de presentar a la Familia Real como ridícula o grotesta. Este martes, por ejemplo, publican el por qué la infanta Sofía siempre aparece junto a la princesa Leonory culpan a la reina de forzar estas imágenes con el motivo de evitar que surja la envidia entre las dos hermanas.