«Solo pateras» o «canarios no» son algunos de los escritos que se realizaron – «Es un hecho puntual que no responde a los valores de la sociedad», afirma la secretaria
ALBERTO CASTELLANO. LA PROVINCIA.- La sede de Cáritas en Las Palmas de Gran Canaria amaneció este martes con numerosas pintadas xenófobas en las fachadas y la escalera de acceso en las que se criticaba la actuación realizada por la oenengé religiosa la pasada semana cuando acogió a 38 migrantes que habían pernoctado una noche a la intemperie en la capital grancanaria tras llegar a la Isla en dos patera. La secretaria general de organización, Caya Suárez Ortega, aseguró que se trata de un hecho «puntual que no responde a los valores de la sociedad canaria».
«Solo pateras», «canarios no» o «canarios al cartón» eran algunos de los escritos que aparecieron a primera hora del día en los que se criticaba la actuación tomada por la directiva del centro, a la que además los anónimos acusaban de «corrupta» y de dejar sin desayuno a las personas que acudieron el pasado fin de semana al centro de Escaleritas. Los autores culpaban de ello a los migrantes que la noche del miércoles fueron acogido después de que durmieran una noche en la calle al quedar desamparados por un «fallo» en el protocolo de actuación, como reconoció el delegado del Gobierno, Juan Salvador León. Suárez calificó lo ocurrido de «hecho puntual» que «no da testimonio de la implicación de muchísima gente» que ayuda a los más necesitados de la Isla. «Entendemos que estamos con personas de exclusión y pobreza, personas que están muy mal. Cuando se está en una situación de extrema gravedad, esas personas quiere que sea con ellas con la que se pueda contar. Todo desconocido que proceda de otro país y que no tenemos información o relación con ella nos crea ese rechazo», explicó.
La secretaria general apostilló que Cáritas «pone a todas las personas en el centro, independiente del país del que proceda» y quiso sacarle el lado positivo de las pintadas: «Es un aprendizaje para darnos una oportunidad al reencuentro» entre aquellos que son atendidos a diario en el centro y los migrantes. Sobre la atención de estos últimos, Caya Suárez apuntó que en ningún momento se dejó de hacer otras actividades ni laboresprogramadas, sino que la llegada de improvisto de las 38 personas al centro hizo que los miembros de la organización se implicaran aún más doblando los turnos. Asimismo, quitó importancia a las pintadas porque, en su opinión, «pierde de vista la solidaridad que hubo en ese momento». Suárez declaró que se iba a interponer una denuncia ante la Policía Nacional y que durante la jornada del miércoles se procederá a pintar sobre los comentarios.