CARMEN M. GUTIÉRREZ. MADRIDIARIO- El pasado viernes una decena de encapuchados intentaron forzar la entrada del Centro Social Okupado La Traba, cuyos ocupantes denuncian un aumento de agresiones de odio en el distrito y en la ciudad.No es la primera vez que el entorno del CSOA La Traba denuncian públicamente una agresión. Según dieron a conocer anteriormente, en los últimos meses se han producido agresiones, dos intentos de apuñalamiento y seguimientos. En mayo, dos jóvenes de su entorno fueron agredidos cuando iban por la calle Delicias y un chico se abalanzó sobre ellos, por lo que presentaron denuncia ante la policía. Gustavo asegura que muchas de estas agresiones están relacionadas con un mismo joven del distrito y que la Policía Nacional les ha confirmado este aumento de actos violentos.
Ante esta situación, La Traba ha hecho un llamamiento para que estas agresiones no queden impunes y recuerda que en Arganzuela ha habido dos muertes a manos de gruposCA violentos que no se supieron prever, la de Carlos Palomino y la del hincha del Deportivo de La Coruña Jimmy. «No queremos que vuelva a pasar», ha señalado Gustavo, quien mantiene que hay un aumento de agresiones desde la apertura del Hogar Madrid por movimientos de extrema derecha. De hecho, la semana pasada se produjo una agresión a la Asamblea de Podemos de Chamberí.
Sin embargo, la concejal del distrito, Rommy Arce, ha indicado a este digital que preguntó a la policía local de Arganzuela por este tema y que le negaron que existan denuncias por agresiones de carácter neonazi en el distrito. Su intención es animar a denunciar el intento de agresión del pasado viernes al CSOA. El presidente de Movimiento por la Intolerancia, Esteban Ibarra, ha explicado que se está produciendo un aumento de las agresiones de odio no solo en Arganzuela o Madrid, sino en toda España, reflejado en las estadísticas de los Cuerpos de Seguridad y las llamadas de ayuda que reciben. «Hay una corriente neonazi muy articulada que ha ganado fuerza ante el fracaso de la vía política de los partidos de extrema derecha», mantiene Ibarra, quien asegura que se trata de «organizaciones clandestinas que no hay que minusvalorar».
